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miércoles, 2 de enero de 2019

297 - TANGO Y COPAS - (Aníbal Troilo y Alberto Marino / Miguel Caló y Raúl Iriarte / Libertad Lamarque / Reynaldo Martín)

TANGO Y COPAS de Carlos Bahr y Héctor María Artola, que fuera un éxito en la versión de Troilo-Marino, es de los que nos invitan a resaltar los valores de la música nacida en Buenos Aires que hoy reina en todo el mundo, como vaticinara en su día Manuel Romero, Bahr lo pinta así:

La nostalgia pide copas
y las copas piden tangos.
Venga un tango rezongón,
una copa y la emoción
de evocar al viejo amor.

Esto último sucede en todos los aspectos de la vida, pero en nuestro ambiente tanguero, la música de primera para mover los remos, no te da tiempo a pensar en batallas perdidas y sólo te invita a disfrutar el presente. Porque, qué mejor manera de apurar la noche, que bailar en una hermosa pista de madera lustrada, con todos los chiches y unas orquestas de órdago que empujan que da calambre...

Emoción de copa y tango
que se enreda en los sentidos...

El tango crece, se expande, inunda los recintos de noctámbulos deseosos de pasar una ardiente velada sin pensar nada más que en aliarse con la pareja perfecta para despuntar la fiebre milonguera. Y recordándolo, me doy el garbeo sabatino por pistas lontanas...

José María Otero en "Tangos al bardo".

Escuchemos, en primer lugar, este tango, en la versión citada de ANÍBAL TROILO y ALBERTO MARINO, que por cierto no es que fuera solo la primera canción que en cantante grabara con el gran Pichuco, sino que fue también el primer tango que cantó en publico en su debut con su orquesta, haciéndolo de manera soberbia pues, la verdad, es un tango bastante difícil de cantar. En segundo lugar les dejo la versión grabada en 1943 por la dupla formada por MIGUEL CALÓ y RAÚL IRIARTE. En tercer lugar les dejo ver una preciosa versión , en vivo, de LIBERTAD LAMARQUE en la película de 1949, "La dama del velo" y por último podremos escuchar una hermosa versión interpretada por el "alemancito" REYNALDO MARTÍN.


Aníbal Troilo y Alberto Marino




Miguel Calo y Raul Iriarte




Libertad Lamarque




Reynaldo Martín

jueves, 13 de diciembre de 2018

276 - FLOR DE LINO - ( Aníbal Troilo y Floreal Ruiz / Chino Martínez / Miguel Caló y Raúl Iriarte)

Hoy giro en mis recuerdos con las notas y los versos de FLOR DE LINO, valsecito que compusieron Homero Expósito y Héctor Stamponi en 1947. Ya comenté en otra oportunidad que a Stamponi le llamó Piazzolla "El Strauss del tango", y Chupita, modestamente, decía que era por los valses porteños que él había compuesto y que tienen todos unos componentes musicales y románticos muy especiales.

Bajo un cielo de estrellas, Un momento, Delantal, Pedacito de cielo, Flor de vals, Pequeña, son algunos exponentes de este género musical, creados por él y recreados por orquestas y cantantes. Stamponi, pianista, director, compositor, acompañó a grandes cantantes, dirigió su orquesta, tuvo estudios importantes, viajó por toda América, radicó en México con Amanda Ledesma, vivió un año con Discépolo allí, aunque no escribieron nada juntos, y su comprovinciano Enrique Francini fue un hermano del alma.

Homero Expósito le dio una vuelta de tuerca del lenguaje poético en el tango. Stamponi se refería al misterio de la cancionística .-como la denominaba este poeta- y decía que "hay frases musicales, tristes, frases de felicidad, frases ambiguas, de simple unión o amalgama. El vocabulario, la intención, el idioma poético debe estar correctamente montado sobre la frase musical. Ésa es la magia. Y Homero Expósito fue un poeta renovador, un hombre cultísimo. Él trajo una propuesta nueva".

Las pesadas sombras temáticas del tango encontraron una ventana nueva con la renovación del cuarenta que tan bien representó Expósito. Es cierto que cada época, guardia o generación supo interpretar -con sus debes y haberes- las distintas circunstancias vividas en sus momentos particulares. En esa suma de felices aciertos, la llegada de este fino letrista fue un soplo de aire fresco, con el surrealismo revelador de instancias impensadas. En Flor de lino deja constancia de su inspiración.

Su hermano Virgilio, a la muerte de Homero, lo recordaba con tremenda nostalgia y confesaba que "Era un poeta de trabajar mucho, de hacer y rehacer noventa veces un texto. Usaba una máquina de escribir y con su trabajo, no era un bohemio. Tenía esa imagen porque era un poeta, pero no era un tipo de pararse en un boliche a hablar cualquier cosa. Era un poeta limpio, aunque en sus letras siempre hay una cosa fatal, algo que nunca se le dio. En la quiniela de la vida hay un número que nunca le cantaron: cuando era muy joven hubo una novia que no lo quiso. Él estaba muy enamorado en aquel entonces, y es posible que su obra, a través de tantos años, haya sido sobre ese problema".

Y es fácil advertirlo al escuchar el hermoso valsecito y mucho más al leer el texto. Los llamados interiores macerando la pena, la forsforencia, los resplandores de los años mozos, brillan en las flores de lino que describe acá. Aunque después de infinidad de retoques que preocupaban a Stamponi, lo llamó el último día y le preguntó al músico:
-Chupita, decime: ¿El lino tiene flor?
El decorado elemental, el temblor de estos versos, tienen una luminosidad muy especial.

Hermosura de nostálgico recuerdo transformado en poema. Y que vuela con la música del valsecito.

José María Otero en "Tangos al bardo"

Hay varias versiones de este tema, pero me quedo con esta creación de la orquesta de ANÍBAL TROILO con la voz de FLOREAL RUIZ, grabada el 29 de abril de 1947. También es exquisita la del CHINO MARTÍNEZ, que aunque extraordinario cantor folklórico del genero surero, también se asoma a la interpretación del tango, del vals y de la milonga y con un gran acierto, como podrán comprobar en "Flor de lino". Creo que también es de merecer poder escuchar otra versión exquisita, la de MIGUEL CALO y RAÚL IRIARTE, grabada en 1946.


Aníbal Troilo y Floreal Ruiz




Chino Martínez




Miguel Caló y Raúl Iriarte




lunes, 10 de diciembre de 2018

274 - TEDIO - (Miguel Caló y Roberto Arrieta / Francisco Canaro y Alberto Arenas / Aníbal Troilo y Alberto Marino / Nelly Omar)

Estoy escuchando este tango, TEDIO, y mi cabeza se llena de recuerdos. Porque en uno de mis encuentros con Miguel Bucino, que es su autor, alguna vez comenté lo que sucedió cuando puse este tema. Ocurrió durante una entrevista, en el programa "Dialogando con swing" que hacíamos con Osvaldo Papaleo, los domingos de 8 a 12.30 por Radio Argentina.

Miguel era un tipo muy simpático, nos cruzamos unas cuantas veces en el Hipódromo y siempre llevaba la sonrisa puesta. Nos pasábamos fijas, que después fallaban. Pero él se reía siempre. Aquella mañana dominical escogí un par de temas suyos para alternar durante la charla. En uno de los intervalos de la misma, puse Tedio -que me gusta mucho- y Bucino me sorprendió en su reacción, luego de quedarse pensativo un momento, con la pera acariciada por su mano derecha:

-Sabés... a veces me detengo a pensar cual es mi tema más logrado, el que más me gusta y creo, sinceramente, que es éste que pusiste... Lo hice una tarde de lluvia, en un momento de melancolía y tristeza, por esas separaciones sentimentales que se producen en la vida...

A todo ésto y antes de entrar en el motivo que hoy me impulsa a escribir, vale la pena recordar la historia de este personaje que ha hecho de todo en el tango. Entre otras cosas unos 70 temas, muchos de los cuales llevan música y letra suyas, como por ejemplo: Bailarín compadrito, Una carta, Me llamo como me llamo, El viento me cuenta cosas, Y siempre la misma historia, Que me quiten lo bailao, Milonga del corazón, A palo errao (donde muestra su alma burrera), Lo pasao pasó, el valsecito Cuatro palabras, El corazón me engañó, Decile que vuelva, La mañana (hermosa milonga), Guitarra, No va más, Música de mi Argentina, y otras tantas. Más las que realizó con diversos músicos y poetas como Alessio, Pontier, Lázzari, Donato Racciatti, Horacio Sanguinetti, José Basso, Luis César Amadori, etc.

Vale la pena recordar que con sus atrevidos 17 años se presentó ante Francisco Canaro, nada menos, ofreciéndose como bandoneonista para su orquesta. Pirincho lo llevó en una gira, donde tocó con el conjunto, pero después le dijo que le faltaba bastante y que estudiara. Lo cierto es que tocaba de oreja, pero Miguelito no se amilanó y le dijo que era un gran bailarín y podía actuar en esa faceta. Y lo cierto es que gustó y mucho, y también fue secretario de Canaro. Actuó en numerosos escenarios con la orquesta.

También viajó a Brasil con Julio De Caro. Con la compañía del Teatro Sarmiento actuó en Madrid y París. Se lució en casi todas las revistas musicales de Canaro-Ivo Pelay y durante sus dos décadas de bailarín profesional le enseñó a bailar tango a unas cuantas personalidades mundiales. Anduvo por México, Colombia, Puerto Rico, Portugal y otros países, luciendo su arte milonguero.

Y vuelvo al tema que me traen hoy los recuerdos: Tedio. Como me lo explicaba Bucino, la lluvia, el clima, la música, incidieron en sus estado de ánimo, tras la ruptura amorosa. Y en su tema no surgen el rencor, la traición, ni el deseo de castigo, sino la melancolía, acentuada con las gotas de lluvia que golpean sobre su ventana. La música que le adosó a sus versos, acentúan la tristeza del protagonista.

José María Otero en "Tangos al bardo".

MIGUEL CALÓ con su orquesta y el cantor ROBERTO ARRIETA, dejaron una interesante versión en 1945. También lo grabó FRANCISCO CANARO cantando ALBERTO ARENAS. Pero el registro de ANÍBAL TROILO con ALBERTO MARINO cantando los versos, realizado el 18 de diciembre de 1945, es impagable. También les dejo una grabación radial de este tango interpretado por NELLY OMAR. Escuchémoslos...


Miguel Caló y Roberto Arrieta




Alberto Arenas y Francisco Canaro




Aníbal Troilo y Alberto Marino




Nelly Omar







273 - LOS DESPOJOS - (Miguel Caló y Raúl Iriarte / Roberto Rufino y Francini - Pontier / Aníbal Troilo y Floreal Ruiz)

Me emociona escuchar LOS DESPOJOS, hermoso tango de 1947, que lleva versos de Horacio Sanguinetti y música del bandoneonista José Dames.

Es cierto que la vida y odisea de este prestigioso poeta tanguero, que abasteció con sus innumerables creaciones a todas las orquestas típicas, se me presenta casi siempre que escucho alguna obra suya. El tremendo dolor de tener que abandonar el país en una lancha, rumbo a Uruguay, por haber matado a su cuñado, que era militar, debido al maltrato que le dio a la hermana del poeta. La obligada rutina de desaparecer para siempre de la escena, sin que haya una sola fotografía suya disponible en ninguna parte, también penetra hondamente en la escena mental, cuando escuchamos atentamente sus temas.

He escrito en diversas ocasiones sobre las tremendas vicisitudes de su vida, sus amores contrariados y muchas de las cosas que refleja en su obra. Y cuando escucho temas como "Los despojos" no puedo dejar de retrotraerme a otro de sus fracasos, esos amores contrariados que fui también viviendo con los recuerdos de Beba Pugliese, dado que Sanguinetti (Horacio Basterra), visitaba mucho su casa cuando ella era niña y fue muy amigo de su padre, con quien hicieron Estudiantil y el hermoso Barro.

En Los despojos, Sanguinetti hiende su pluma en los azarosos senderos del amor, el final y el reencuentro cuando se han secado las raíces que le dieron vida al romance que parecía eterno. Todo autor es su propio personaje y también su propia intriga. Parece imposible renunciar a sí mismo en la época del olvido en que hemos entrado, cuando nos reencontramos con la persona que ocupó alguna vez nuestro corazón. Sanguinetti lo borda en su desarrollo. Algo así como Le Pera en Volvió una noche.

¡Ven... levántate, no llores!
¡No me jures ni me implores...!
Yo esperé que alguna vez
hincándote a mis pies
traerías tus dolores.
Más los años que pasaron
mis rencores atenuaron,
y hoy, que al fin te vuelvo a ver,
no llores por favor
que ya te perdoné.


Despojos solamente quedan hoy

despojos de tu amor y de mi amor,
¿Por qué has vuelto así
con las sombras del ayer,
arrastrando tu vejez,
junto a mí?
¡Mira como estoy!
Por estar lejos de ti
yo también envejecí de dolor. 


                                            Hoy somos dos despojos, nada más...

¡No sé si has hecho bien en regresar!


En mis notas anteriores sobre Sanguinetti, Beba Pugliese me contaba de la mujer rubia que lo acompañaba y que un día lo dejaría y se marcharía a Brasil. Cuando yo escucho un tema como éste, me vienen a la cabeza todos esos recuerdos y el drama existencial de Sanguinetti que murió muy joven y apartado del mundo, regentando un local nocturno en Montevideo, a los 43 años de edad.

No puedo sustraerme a toda esa historia y cuando venía escuchándolo en el coche, me rondaba toda la vivencia de un poeta que sembró sus canciones exitosas en el terreno del tango y desapareció de escena. Aunque vuelve una y otra vez como un fantasma en temas como Los despojos que realmente impresionan por la fuerza de sus versos. No hace falta siquiera incluir la primera bis, porque el poeta ya ha pintado la temperatura emocional del reencuentro y la chatarrería sentimental que conllevan las cicatrices del amor.

José María Otero en "Tangos al bardo".

Les voy a dejar en primer lugar la versión de este tango que en 1947 grabara la orquesta de MIGUEL CALÓ con la voz de RAÚL IRIARTE. A continuación podremos escuchar la versión de la Orquesta de FRANCINI y PONTIER con la voz de ROBERTO RUFINO, también grabada en 1947 y para terminar una versión que nunca fue grabada en disco sino que está tomada de una reproducción radial de la orquesta de ANIBAL TROILO junto a FLOREAL RUIZ.


Miguel Caló y Raúl Iriarte




Roberto Rufino y Francini - Pontier




Aníbal Troilo y Floreal Ruiz





viernes, 23 de noviembre de 2018

257 - PASIONAL - (Miguel Caló y Juan Carlos Fabri / Alberto Morán y Osvaldo Pugliese / Rubén Juárez)

PASIONAL es un tango creado en 1951 cuya letra pertenece a Mario Soto en tanto que la música es del bandoneonista Jorge Caldara, que fue grabado por distintas orquestas.

Sobre el origen de sus letras, Mario Soto decía:

”…son escenas del tango. Las que vemos todas las noches. Simplemente hay que prestarles un poquito de atención y contarlas. En verso o chimentándolo con un amigo que está contigo en ese momento. La pista, la penumbra hablan... están llenas de hechos, de diálogos, tristezas, momentos felices...¡El amor!...”

La letra está referida al amor en grado de pasión por una mujer que describe el protagonista:

”No sabrás... nunca sabrás...
lo que es morir mil veces de ansiedad...
No podrás nunca entender
lo que es amar y enloquecer...”


Dice José María Otero de Pasional:

”…uno de los tangos paradigmáticos del repertorio popular. Esta obra también significó un paso trascendental para el cantor Alberto Morán, instalándose como uno de los tangos románticos más requerido por el público. El dramatismo de sus versos y la genial interpretación de Morán, resultaron una fórmula perfecta.

Este tango fue grabado, entre otros, por Juan Carlos Baglietto, Juan Carlos Fabri con la Orquesta Miguel Caló el 23 de mayo de 1951 para Odeon, Oscar Larroca con la Orquesta Alfredo De Angelis el 5 de noviembre de 1951, Aníbal Jaule con la Orquesta Domingo Moles en 1985, Rubén Juárez con la Orquesta Armando Pontier el 6 de diciembre de 1973, Alberto Morán con la Orquesta Osvaldo Pugliese el 24 de noviembre de 1952 para Odeon, en 1955 con Armando Cupo y en 1986, con el acompañamiento de la orquesta de Alberto Di Paulo, por Mario Demarco con Raúl Quiroz en el sello Pathé entre 1951 y 1953 y Mónica Navarro con el acompañamiento del guitarrista Luis Apotheloz en 2005 en Montevideo.

De todas ellas, he elegido tres para que ustedes puedan escuchar y comparar. Son las de MIGUEL CALÓ y JUAN CARLOS FABRI, la de ALBERTO MORÁN y OSVALDO PUGLIESE y la más moderna, en una grabación audiovisual en vivo de 1986, por parte de RUBÉN JUÁREZ.


Miguel Caló y Juan Carlos Fabri




Osvaldo Pugliese y Alberto Morán




Rubén Juárez

viernes, 16 de noviembre de 2018

254 - LO QUE VOS TE MERECÉS - (Miguel Caló y Alfredo Dalton / Abel Córdoba / Aníbal Troilo y Roberto Goyeneche)

LO QUE VOS TE MERECÉS es un tango cuya letra pertenece a Abel Aznar en tanto que la música es de Carlos Olmedo, que fue registrado en SADAIC el 15 de diciembre de 1955​ y grabado por Miguel Caló en la voz de Alfredo Dalton el 23 de julio de 1956 en el sello Odeón.

Como en el tango "Y no le erré", la letra de "Lo que vos te merecés" se refiere a la mujer que abandonó al hombre en busca de la riqueza o felicidad que no tenía a su lado, pero que en algún momento debe regresar.

Manuel Adet después de señalar que las letras de Aznar son recias, viriles, sobrias y muy bien escritas y que la poética de sus tangos se encuentra en el linde con el machismo, dice que varias de ellas contienen la mítica situación del regreso de la mujer que, seducida por la perspectiva de alcanzar otra vida con riqueza o felicidad había abandonado a su hombre y agrega que de ellas la más emblemático, la más popular, es Lo que vos te merecés, un clásico, con ese estribillo donde celebra que haya vuelto “con ese vestidito que yo te regalé”, que interpretaron grandes cantores, aunque nadie como Alfredo Belusi y añade:

”La letra concluye con el típico reproche: “Que decís, que te engañaron con un mundo de promesas, que volvés arrepentida que recién me comprendés, que querés si se acabaron tus delirios de grandeza, hoy tenés de recompensa, lo que vos te merecés”…Las dudas, el dolor disimulado por la supuesta revancha, la certeza del amor recuperado, todo ello visto desde el lugar de un héroe tanguero, es lo que le otorga a estos poemas belleza y perdurabilidad. Puede que en la letra el machismo esté presente, en algunos casos de manera visible, pero lo que lo disculpa, lo atenúa y en todo caso lo justifica, es la capacidad del hombre para amar. Machista, guapo, perdedor, tal vez algo anacrónico, el personaje sólo se salva gracias a su capacidad de amar”.


Entre las muchas grabaciones de este tango se encuentran las realizadas por la orquesta de Aníbal Troilo y la voz de Roberto Goyeneche, la de José Basso con la voz de Alfredo Belusi, la de Pablo Rafael Moreno acompañado por las guitarras de los Hermanos Rivas, la de Jorge Vidal, la de Abel Córdoba, la de Miguel Caló con la voz de Alfredo Dalton y la de Liliana Felipe, entre otras.

En esta ocasión podremos escuchar, en primer lugar, la primera grabación de este tema que como antes cité corresponde a MIGUEL CALO y su orquesta y con la voz de ALFREDO DALTON. Después podremos disfrutar de la interpretación, en vivo, de ABEL CORDOBA. Después, una versión extraordinaria interpretada por el "Polaco" ROBERTO GOYENECHE en su paso por la orquesta de ANIBAL TROILO que quedó registrada para la historia del tango.


Miguel Caló y Alfredo Dalton




Abel Córdoba




Aníbal Troilo y Roberto Goyeneche

253 - ELEGANTE PAPIRUSA - (Osvaldo Fresedo / Miguel Caló / Francisco Canaro y Ernesto Famá)

ELEGANTE PAPIRUSA es un tango compuesto por el violinista Tito Roccatagliata que fue grabado el 21 de julio de 1922 por la orquesta de Osvaldo Fresedo en sistema acústico y posteriormente le agregó una letra Sandalio Gómez (también usaría el seudónimo de Carlos Gómez).

Papirusa es una palabra lunfarda que significa hermosa y, por extensión, mujer bonita. Supone un cruce entre papusa –mujer, en lunfardo- y el vocablo polaco papjerosi –cigarrillo- una palabra muy oída en boca de las prostitutas de esta nacionalidad. ​Celedonio Flores usó esta palabra en el tango Corrientes y Esmeralda (1933): "Milonguita, aquella papirusa criolla que Linnig mentó".

El tango fue avanzando en Buenos Aires desde los barrios humildes, a los cabaréts de Palermo, los cafetines de la Boca y, a la postre en la década de 1920, a los cabaréts y dancing del centro de la ciudad. Entre éstos últimos se encontraba, en la calle Maipú al 300, el cabaret Elysées en el cual la mayoría de sus bailarinas eran jóvenes muchachas polacas, traídas por las organizaciones que manejaban la trata de mujeres y que habrían sido allá por fines de la década de 1910, las primeras en fumar en público; como conocían poco castellano usaban su idioma al nombrar el cigarrillo dando origen a papirusa. Tito Roccatagliata trabajó en varias oportunidades en ese local y le dedicó su tango a una de esas esbeltas muchachas polacas.

Entre las grabaciones de este tango se encuentran, además de la inicial de Osvaldo Fresedo, las instrumentales de la orquesta de Miguel Caló del 27 de diciembre de 1943 para Odeon con el nombre censurado de Elegante porteñita, el 27 de julio de 1956 lo registró, ya con el verdadero nombre, Enrique Mario Francini con su orquesta y el 11 de febrero de 1966 lo vuelve a grabar Miguel Caló, esta vez con sonido estereofónico de alta fidelidad. También lo grabaron con sus orquestas Osvaldo Pugliese el 18 de junio de 1986 en Odeon, Atilio Stampone, Juan D'Arienzo (1970), Héctor Varela, Edgardo Donato, la Orquesta Típica Sans Souci y Francisco Canaro, en versión cantada por Ernesto Famá (1941).

En esta ocasión podremos escuchar la primera de ellas, interpretada por la orquesta de OSVALDO FRESEDO. Después, la versión de MIGUEL CALÓ, de 1943. Por último, la versión cantada de ERNESTO FAMÁ acompañado de la orquesta de FRANCISCO CANARO.


Osvaldo Fresedo




Miguel Caló




Francisco Canaro y Ernesto Famá



martes, 30 de octubre de 2018

237 - A LA GRAN MUÑECA - (Jorge Omar y Francisco Lomuto / Miguel Caló y Roberto Arrieta / Carlos di Sarli)

A LA GRAN MUÑECA es un tango cuya letra pertenece a Miguel F. Osés en tanto que la música es de Jesús Ventura, que fue estrenado en 1919 por la cancionista Manolita Poli en la obra teatral "A la gran muñeca (bazar y juguetería)" que se estrenó junto con aquel. En la letra, redactada en primera persona, la protagonista le pide que vuelva al amante que la dejó por otra mujer que, a su vez, lo ha abandonado.

Osés escribió la revista de sátira política y de actualidades "A la gran muñeca (bazar y juguetería)" con música del maestro Ventura que tuvo gran éxito. Ricardo García Blaya dice que el estreno fue en el desaparecido Teatro Buenos Aires, sito en la calle Cangallo (hoy, Tte. Gral Perón) en la cuadra que luego fue demolida para construir la Avenida 9 de julio el 1 de agosto de 19191​ García Jiménez afirma que la compañía que la estrenó fue la de Muiño-Alippi​. Otros autores dicen que el estreno fue en 1918 por la compañía Vittone-Pomar. García Jiménez dice que La gran muñeca era, simplemente, el nombre que el autor había dado al bazar y juguetería donde supuestamente transcurría la acción y descartó dos hipótesis que circularon acerca del origen del título de la obra: una según la cual era en homenaje al hombre del turf y político Carlos Pellegrini, caracterizado por su “gran muñeca” en la actividad política y cuyo stud tenía justamente ese nombre, y la otra según la cual estaba referida al jinete profesional Domingo Torterolo muy afamado por sus triunfos en esa época.

La obra proponía un bazar y juguetería en el que los muñecos cobraban vida y eran interpretados por los actores. Estaba presente en la mente de los autores el reciente éxito que había obtenido Manolita Poli cantando el tango Mi noche triste en el sainete Los dientes del perro, por lo cual buscaron una canción que pudiera replicar aquel suceso.

Según las indicaciones del libreto, en la segunda escena del cuarto cuadro están en escena los personajes Experiencia y Optimista. Sale Milonga seguida por El que ruega un ademán; Milonga con un gesto de desdén lo aparta y mutis (salida del escenario) y él va tras Milonga. El personaje Collar de Perlas –Manolita Poli- entra tras ellos cantando en dirección a los dos:

Yo te he visto pasar por la acera
con un gesto de desolación
y al pasar no miraste siquiera
que entendía tu desilusión.

La música de Ventura mereció muchos elogios y la letra del tango se hizo popular pero a poco cayó en el olvido. Grabada la obra por Lomuto en 1936, fue Carlos Di Sarli quien a mediados de la década de 1940 la incorporó a su repertorio, la grabó en tres ocasiones, 1945, 1951 y 1954, y la convirtió en un clásico.

Dice García Blaya que este tango es una página mayúscula del género, si bien casi no fue cantado salvo unas pocas excepciones, pues las grabaciones son en su mayoría en versión instrumental.

A LA GRAN MUÑECA
Música: Jesús Ventura
Letra: Miguel Osés

Yo te he visto pasar por la acera
con un gesto de desolación
y al cruzar no miraste siquiera,
que entendía tu desilusión.
Te ha dejado, lo sé, la malvada
y al calor de otros ojos se va;
ya lo ves cómo no queda nada
de ese amor que matándote está.

Volvé, jamás otras manos
cual las de tu mujercita
harán por la tardecita
los mates que cebo yo.
Que en su espuma te contaba
que además de su dulzura
allí estaba la ternura
de aquella que lo cebó.

Y por mucho que te quieran
siempre serán artificios,
nadie hará los sacrificios
que hizo por vos tu mujer.
En mis noches de vigilia
acongojada no duermo
sabiendo que estás enfermo
sin poderte socorrer.

Allá en la noche callada
te veo triste y burlado
por aquella que ha llevado
mi vida y mi corazón.
Volvé que aquí has de olvidarla,
mi pecho siempre te espera,
ya sabrá tu compañera
cicatrizar tu pasión.

De las pocas versiones cantadas les dejo esta de de JORGE OMAR acompañado de la Orquesta de FRANCISCO LOMUTO grabada en 1936. A continuación les dejo la de MIGUEL CALÓ y ROBERTO ARRIETA de 1948 . Entre las instrumentales, decididamente, me quedo con la de CARLOS DI SARLI que grabara el 29 de agosto de 1945 para RCA Victor.

Espero que les gusten.


Jorge Omar y Francisco Lomuto




Miguel Caló y Roberto Arrieta




Carlos di Sarli

sábado, 20 de octubre de 2018

227 - AL COMPÁS DEL CORAZÓN - (Miguel Caló y Raúl Berón / Julio Sosa / Ariel Ardit)

Recién ingresado como bandoneonista Domingo Federico al conjunto de Miguel Caló le mostró su tango AL COMPÁS DEL CORAZÓN a sus compañeros y fue muy aceptado. Los integrantes de la orquesta querían tocarlo, pero los cantores Raúl Berón y Alberto Podestá dudaban, porque no conocían bien la letra aún. Un buen día, decidieron estrenarlo sin consentimiento de Caló, a manera de travesura. El director no solía ir por la tarde a la confitería donde actuaban. Como los cantores no querían interpretarlo, uno de los más entusiastas con el tango, Enrique Francini, decidió hacerlo. Así fue el improvisado debut de este tango, con gran aceptación del público, que pedía volver a oír la pieza. Cuando llegó Caló y el público le pedía el tema, este no sabía de que se trataba, pidió escucharlo e inmediatamente lo incorporó al repertorio.

La leyenda dice que Federico, un estudiante de medicina, se inspiró en los latidos de una rana para componer esta pieza. Durante un experimento, el profesor de anatomía, aplicando las teorías de Galvani, había disecado el corazón de una rana por medio de impulsos eléctricos. Federico contó que solo observando y escuchando el ritmo de ese corazón se le ocurrió el ritmo característico de "Al compás del corazón" , y que cada vez que interpretaba ese tango tenía ante sí la imagen del corazón de la rana.
Sea como sea, Homero Expósito , el autor del texto y que no parecía conocer la fuente de inspiración de Federico reconoció que el ritmo dado al tango tenía un parecido con el latido de un corazón, algo que le sirvió y de qué manera para escribir versos muy inspirados y sentimentales en un corazón que palpita...

El compás del corazón es un tango con una impresión clásica, pero hace un tesoro completo, como se mencionó anteriormente con referencia al estilo Calò de los años cuarenta, la enseñanza rítmica del darienzismo.

Por lo tanto, el ambiente creado por la pieza se caracteriza por una exploración rítmica segura y, al mismo tiempo, por un arreglo de considerable inventiva musical, en una mezcla muy armoniosa, como no siempre sucedió para las orquestas contemporáneas de Miguel Calò.

En particular, en este tango, también destaca el instrumento principal de la orquesta, el piano. El trabajo de relleno armónico con la parte inferior del teclado es muy notable, pero sobre todo la gran inclinación para exaltar la melodía a través de intervenciones que a lo largo de la pieza subrayan la tendencia rítmica. La influencia de Maderna en la orquesta de Calò fue sustancial, ya sea por su estilo instrumental, que precedió a desarrollos futuros y que el propio pianista realizó más tarde con su orquesta o sus arreglos. No menos importante debe haber sido su influencia en los otros músicos de la orquesta de Las Estrellas., un grupo de jóvenes que, cada uno a su manera, se convertirían en personajes de primera clase del tango.
Característica es el ligero arpegio en el sexto lugar para cerrar la pieza, una especie de firma inconfundible de las actuaciones de Maderna en esta época.

Como parte de su uso intensivo general de los violines, es útil señalar que por medio de Miguel Calò ingresó al virtuosismo del violín de tango. Hasta finales de la década de 1930, predominaba la forma clásica de "cantar la melodía" del violín; Fue gracias a la entrada de Raul Kaplun como el primer violín en su orquesta que Calò comenzó a escribir arreglos con pasajes cuya dificultad requería una destreza inusual entre los músicos de tango de la época.

"Al compás del corazón" también presenta una importante sección de violín, en este caso dedicada a resaltar suavemente la melodía de la pieza, y por otra parte para subrayar el "ritmo" de la Corazón , a menudo en combinación con los bandoneones (aquí en su mayoría dedicados a un papel rítmico y milonguero). Aunque no hay pasajes en solitario prolongados, la parte dedicada a las cuerdas mantiene intacta la estructura rítmica y melódica de toda la pieza, ahora en armonía con la sincopación del piano, ahora en un contrapunto refinado con la voz, todo ello a la vista de una bailable segura desde un Punto de vista rítmico y muy estimulante desde el punto de vista de la interpretación.

El compás del corazón se enriquece con la muy agradable voz de tenor de Berón, cuyo timbre aterciopelado y su cálida y sincera interpretación es particularmente adecuada para la interpretación de la pieza, que tiene su versión final en la interpretación en cuestión. Algunos matices y profundidades del repertorio de Miguel Calò se deben mucho al estilo intimista y refinado de su canto; Tanto en los episodios más dramáticos como en los más lúdicos, Berón siempre expresó un estilo medido de buen gusto extremo, convirtiéndolo en uno de los cantantes de tango más apreciados.

AL COMPÁS DEL CORAZÓN
Música: Domingo Federico
Letra: Homero Expósito

Late un corazón,
déjalo latir...
Miente mi soñar,
déjame mentir...
Late un corazón
porque he de verte
nuevamente,
miente mi soñar
porque regresas lentamente.

Late un corazón...
me parece verte regresar con el adiós.
Y al volver gritarás tu horror,
el ayer, el dolor, la nostalgia,
pero al fin bajarás la voz
y atarás tu ansiedad de distancias.
Y sabrás por qué late un corazón
al decir... ¡Qué feliz!...
Y un compás, y un compás de amor
unirá para siempre el adiós.

Ya verás, amor,
qué feliz serás...
¿Oyes el compás?
Es el corazón.
Ya verás qué dulces
son las horas del regreso,
ya verás qué dulces los reproches y los besos.
Ya verás, amor,
qué felices horas al compás del corazón.


Bueno, visto lo visto, como no vamos a empezar las audiciones con la versión de MIGUEL CALÓ y RAÚL BERÓN, grabada en 1942, año en que salió a la luz esta composición... Sería imperdonable por mi parte, dejar en el olvido esta exquisita versión que del tango que nos atañe, brindara el gran JULIO SOSA y también he creído conveniente dejarles una mucho más moderna como lo es esta en vídeo de ARIEL ARDIT, acompañado por la orquesta de Andrés Linetzky, a su vez, pianista y arreglista de la versión.


Miguel Caló y Raúl Berón




Julio Sosa




Ariel Ardit

miércoles, 9 de agosto de 2017

194 - MAÑANA IRÉ TEMPRANO - (Julio Sosa y Leopoldo Federico / Roberto Goyeneche / Lucho Gatica)

MAÑANA IRÉ TEMPRANO es un tango cuya letra pertenece a Carlos Bahr en tanto que la música es de Enrique Francini, que se estrenó en 1943 y fue grabado el 10 de agosto de ese año por la orquesta de Miguel Caló con la voz de Raúl Iriarte.

Una hermosa melodía de Enrique Francini, que en ese momento era primer violín de la orquesta de Miguel Caló, un conjunto tan sentido como pulcro, encontró gracias a Carlos Bahr la letra que requerían esas notas plenas de sugerencias de tristeza. Al alto nivel de calidad de la versión que grabara Caló el 10 de agosto de 1943 contribuyeron un admirable arreglo instrumental de Osmar Maderna , que permitía un amplio lucimiento de los tres instrumentos básicos de la orquesta de Caló: el bandoneón de Armando Pontier, el violín de Enrique Francini y el piano del propio Maderna así como una magnífica interpretación vocal de Raúl Iriarte, que acertó con el énfasis justo para expresar esa historia, sin caer en la tentación de desbordes dramáticos o de acentuaciones lloronas, pero transmitiendo con su voz la angustia y la aflicción del protagonista.

El mismo año fue grabado el 1° de diciembre por la orquesta de Osvaldo Fresedo con la voz de Oscar Serpa para la discográfica RCA Victor y recibió el espaldarazo definitivo cuando Julio Sosa lo grabó en 1961 con la orquesta de Leopoldo Federico. La historia narrada en este tango está muy bien contada -“Desde hace un mes estoy postrado, cuantos domingos que me extrañas, y hoy es tu día bien amada, te faltarán mis flores y no estaré a tu lado”- y deja los interrogantes para el oyente: ¿Cuándo y por qué murió ella? ¿De qué está él enfermo? El autor no lo dice, pero la buena poesía se hace con esos silencios, con esas preguntas sin respuestas.

Les dejo en primer lugar la grabación hecha de este tango en la voz de JULIO SOSA, acompañado de la orquesta de Leopoldo Federico. Después la inconmensurable versión del "Polaco" ROBERTO GOYENECHE, en combinación con la orquesta de Atilio Stampone. Por último la "rareza" de escuchar cantando tangos a la gran figura del bolero, el chileno LUCHO GATICA y en este caso acompañado de la orquesta del genial Miguel Caló.


Julio Sosa y Leopoldo Federico




Roberto Goyeneche




Lucho Gatica




martes, 20 de junio de 2017

176 - PEDACITO DE CIELO - (Aníbal Troilo y Fiorentino / Alberto Podestá y Miguel Caló / Roberto Goyeneche / Luis Cardei)

Hay canciones que vuelven a uno en momentos menos pensados. Tal vez tenga que ver con la coloración del cielo, o con una imagen de infancia que de súbito aparece, sin anuncios y sin que uno hubiera estado detrás de ella. Puede que sea porque en la lectura de un libro, una palabra, una frase, la entonación quizá, nos regresa a acordes y versos de otros días, y de pronto estamos, como sin darnos cuenta, cantando. No sé cuál, en últimas, sea la explicación al fenómeno. No sé tampoco si haya que dar explicaciones.

La experiencia que voy a contar me llegó por la ventana. Estaba hojeando un libro de Simone de Beauvoir sobre la vejez. Cuando leí la frase “la historia romana demuestra que existe una estrecha relación entre la condición del viejo y la estabilidad de la sociedad”, me detuve, cavilé y mis ojos se levantaron de las páginas y se volaron por la ventana. La visión del frondoso carbonero, por cuyas ramas se coló un pedazo de cielo, me devolvió a años atrás, cuando escuchaba, en traganíqueles de bares de Bello, un vals tremendo, que al principio no me decía casi nada, porque, claro, todavía estaba en la edad de no tener recordaciones.

Los acordes de PEDACITO DE CIELO sonaron en mi cabeza y luego una voz interior comenzó a cantar: “La casa tenía una reja / pintada con quejas / y cantos de amor. / La noche llenaba de ojeras / la reja, la hiedra / y el viejo balcón”. Cerré el libro y me concentré en las viejas palabras del vals, escritas por el surrealista Homero Expósito, y musicalizado por Enrique Francini y Héctor Stamponi. En aquellos lejanos días, sonaba por Alberto Podestá, un cantante que conocí años después en un bar de San Telmo, una noche de vino y de señoras de edad, y que, por supuesto, se escuchaba en pianolas de Medellín, Bello y Envigado, con el acompañamiento de Miguel Caló.

Después, una versión de Fiorentino y Troilo, que se desgarraba en un bar del barrio Prado, me dejó turulato. Y el vals se introdujo en mí, sin darme cuenta. Por ósmosis urbana. Tenía (tiene) una cadencia irresistible y hablaba de dos que se enamoraron, se besaron, se amaron…, pero sobre todo, una frase irrevocable me hizo tambalear: “Los años de la infancia, pasaron, pasaron…”. Y ya para entonces la infancia había volado, tal vez como “un pájaro sin luz” y no sé si fue la imagen de la cara blanca de una muchacha de El Congolo que yo veía en un balcón y le mandaba besos aéreos y ella los devolvía con sonrisas y pétalos de las azaleas y bifloras que su mamá tenía allí sembradas, digo que no sé si fue esa la imagen que retornó a mí.

El pedazo de cielo de mi ventanal, a modo de flash back, me ponía de patitas en una calle del ayer. Y los versos del amoroso vals se desgranaban: “Recuerdo que entonces reías / si yo te leía / mi verso mejor / y ahora, capricho del tiempo, / leyendo esos versos / ¡lloramos los dos!”. Esta pieza, con otra que también se escuchaba en la voz de Podestá, Bajo un cielo de estrellas, nos hacía reconocer en casa, los diciembres, o en la celebración de algún cumpleaños de mis hermanos o del mío, los días del viejo barrio, con sus calles inevitables, de paisajes de ladrillo y cemento. Y coreábamos aquello de “mucho tiempo después de alejarme / vuelvo al barrio que un día dejé…”, y digo que más que cantar, gritábamos. Ya los años de la infancia andaban lejos.

Volví al libro y la frase siguiente me dejó aturdido: “Es probable que los antiguos romanos tuvieran la costumbre de desembarazarse de los viejos ahogándolos…”. El cielo, al que volví de inmediato, se hizo más azul, las hojas del árbol se movieron y el sol de la tarde brilló en la vidriera. Torné al vals, tal vez como un mecanismo de defensa: “Los años de la infancia pasaron, pasaron… / la reja está dormida de tanto silencio / y en aquel pedacito de cielo / se quedó tu alegría y mi amor” (con licencia gramatical y todo)… Luego, cerré el libro. Busqué la versión de Goyeneche y la puse en el reproductor.

“Los años han pasado / terribles, malvados / dejando esa esperanza que no ha de llegar / y recuerdo tu gesto travieso / después de aquel beso / robado al azar”, y la cara blanca, como de luna de arrabal, de la muchacha de aquel lejano balcón se apareció en mi ventana con árbol y cielo, y no hay por qué negarlo, un lagrimón me empañó el recuerdo. Entre tanto, el Polaco proseguía: “Tal vez se enfrió con la brisa / tu cálida risa, / tu límpida voz… / Tal vez escapó a tus ojeras / la reja, la hiedra / y el viejo balcón…”. Había en todo esto una especie de desazón por lo irremediable. Y —eso sentí— una suerte de apolillamiento en el ambiente.

¡Ah!, bueno. La vez que encontré a Podestá en un café de un clásico barrio porteño, unas señoras, todas muy viejas, se arrimaron a mi mesa y se interesaron por algunas historias de Medellín. Después, cuando ya el vino me tenía en la estratosfera, le pedí a gritos al cantor que me interpretara Pedacito de cielo. Y nada. Entonces, le impetré por maldad (ya el hombre estaba a punto de llegar a los setenta y cinco y su voz no daba para tanto) que quería escuchar su interpretación de Alma de bohemio. Lo único que dijo, no sin molestia, fue: “Dejá el chamuyo”.

Ahora —capricho del tiempo— Goyeneche frasea el vals aquel: “Tus ojos de azúcar quemada / tenían distancias / doradas al sol… / ¡y hoy quieres hallar como entonces / la reja de bronce / temblando de amor!”. Qué cosa. Digo que por acá, bajo el cielo antioqueño, jamás vi rejas de bronce, ni hiedras, pero sí un balcón con muchacha sonriente, a la que alguna vez, cuando la infancia todavía no era recuerdo, le arrojé un beso sin verso, con mucho corazón.

Reinaldo Spitaletta





Bien, a las versiones ya citadas por Spitaletta, de ANIBAL TROILOFRANCISCO FIORENTINO y la de ALBERTO PODESTÁ y MIGUEL CALÓ, sumamos la genial versión del polaco ROBERTO GOYENECHE, para después dejarles otra más, esta vez en vídeo: la de LUIS CARDEI en el Club del Vino en 1998.



Aníbal Troilo y Fiorentino




Alberto Podestá y Miguel Caló




Roberto Goyeneche




Luis Cardei



sábado, 22 de abril de 2017

114 - PERCAL - (Miguel Caló y Alberto Podestá / Aníbal Troilo y Francisco Fiorentino / Hugo del Carril)

PERCAL es uno de los mejores tangos que se ha escrito. Con música de Domingo Federico y letra de Homero Expósito, data de 1943 y destaca por la emoción discreta de su letra y lo bien confeccionado de su melodía.

El Percal es una de las telas más baratas y se utiliza como también percalina casi siempre para forrar los trajes o vestidos del lado de adentro y era utilizada en esa época para vestimenta de las personas más humildes, por eso dice el tango:

"Percal, 
¿te acuerdas del percal? 
Tenías 15 abriles, 
anhelos de soñar y amar..." 

Pero la chica, al ir al centro, se olvidó de toda su vida humilde al vestir con ropas caras... 

Alcanzó a ser un gran éxito cuando la censura prohibió su difusión por radio. Sus autores se presentaron en la oficina de Radiocominicaciones para averiguar por qué habían prohibido su tango. El funcionario les dio la siguiente explicación: “Porque no tiene una métrica poética: primero una palabra, debajo tres... eso no es literario”. Homero contesta: “Señor, yo escribo sobre la melodía. ¿Cuántas palabras quiere que ponga sobre dos notas?” El funcionario no se movió de su postura y continuó: “Pero además está el problema del tema, el sentido de la obra: eso de Tu casa ya no está..., eso de tenías quince abriles”. Entonces Homero pidió una máquina de escribir y comenzó a escribir:

“Vestida de percal
eres bonita igual
Llevabas dulce y rosa
tu percal de mariposa”. 

Lo terminó y lo leyó en voz alta. El funcionario dijo que ahora sí tenía sentido. Y Homero, mientras rompía el papel que había escrito, le dijo: “Esto es una porquería”.

Si las historias son reales o no poco importa, lo que hay que rescatar es que esa es la actitud que se debe tener frente a la censura. Porque esa condena que suelen ejercer los que se consideran dueños de la verdad siempre a perjudicado a cualquier manifestación artística, y es nuestro compromiso evitar que eso no vuelva a ocurrir.

MIGUEL CALÓ y su orquesta típica fue quien lo llevó al disco por primera vez, con voz de ALBERTO PODESTÁ, el 25 de febrero de 1945 para Odeón. Luego, un mes después, lo grabaron ANÍBAL TROILO y FRANCISCO FIORENTINO para Víctor y HUGO DEL CARRIL con el acompañamiento de la orquesta de Tito Ribero, el 13 de mayo de ese mismo año. Estas son las versiones que les dejo de este tango, todas en audio, pues desgraciadamente, no he encontrado ninguna de ellas interpretada en vivo.


Miguel Caló y Alberto Podestá




Aníbal Troilo y Francisco Fiorentino




Hugo del Carril


domingo, 16 de abril de 2017

109 - CORAZÓN DE PAPEL - (Floreal Ruíz / Roberto Arrieta / Roberto Goyeneche)

Pierrot fué la máscara característica de los bailes de carnaval que se hicieron en Buenos Aires en la primera mitad del novecientos. Proveniente de la Comedia del Arte italiana bajo el nombre de Pedrolino y popularizada en Francia con el nombre de Pierrot, en la tradición tanguera caracteriza el amor imposible, dirigido hacia una mujer coqueta y libertina. A los grandes bailes de carnaval y a Pierrot se dedicaron muchísimos tangos; entre ellos se destaca este "CORAZON DE PAPEL", tango que compusiera en 1929, Cátulo Castillo y con letra de Letra de Alberto Franco, inmortalizado en 1947 por la orquesta de Aníbal Troilo con la voz de FLOREAL RUÍZ. Al año siguiente surge otra hermosísima versión como lo es la que canta ROBERTO ARRIETA acompañado de la Orquesta de Miguel Caló. Años después , en 1971, vuelve a aparecer la orquesta de Pichuco, interpretando este tango con la majestuosa voz del "Polaco" ROBERTO GOYENECHE. Estas son las tres versiones que aquí les dejo para su disfrute.


Floreal Ruíz y la Orquesta de Aníbal Troilo




Roberto Arrieta y Orquesta de Miguel Caló




Roberto Goyeneche y la Orquesta de Aníbal Troilo