La nostalgia pide copas
y las copas piden tangos.
Venga un tango rezongón,
una copa y la emoción
de evocar al viejo amor.
Esto último sucede en todos los aspectos de la vida, pero en nuestro ambiente tanguero, la música de primera para mover los remos, no te da tiempo a pensar en batallas perdidas y sólo te invita a disfrutar el presente. Porque, qué mejor manera de apurar la noche, que bailar en una hermosa pista de madera lustrada, con todos los chiches y unas orquestas de órdago que empujan que da calambre...
Emoción de copa y tango
que se enreda en los sentidos...
El tango crece, se expande, inunda los recintos de noctámbulos deseosos de pasar una ardiente velada sin pensar nada más que en aliarse con la pareja perfecta para despuntar la fiebre milonguera. Y recordándolo, me doy el garbeo sabatino por pistas lontanas...
José María Otero en "Tangos al bardo".
Escuchemos, en primer lugar, este tango, en la versión citada de ANÍBAL TROILO y ALBERTO MARINO, que por cierto no es que fuera solo la primera canción que en cantante grabara con el gran Pichuco, sino que fue también el primer tango que cantó en publico en su debut con su orquesta, haciéndolo de manera soberbia pues, la verdad, es un tango bastante difícil de cantar. En segundo lugar les dejo la versión grabada en 1943 por la dupla formada por MIGUEL CALÓ y RAÚL IRIARTE. En tercer lugar les dejo ver una preciosa versión , en vivo, de LIBERTAD LAMARQUE en la película de 1949, "La dama del velo" y por último podremos escuchar una hermosa versión interpretada por el "alemancito" REYNALDO MARTÍN.
Aníbal Troilo y Alberto Marino
Miguel Calo y Raul Iriarte
Libertad Lamarque
Reynaldo Martín
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