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domingo, 2 de diciembre de 2018

265 - EL TIGRE MILLÁN - (Francisco Canaro y Ernesto Famá / Juan D'Arienzo y Alberto Echagüe / Héctor Mauré)

EL TIGRE MILLÁN es un tango que fue estrenado en 1934 con letra y música de Francisco Canaro; hay versiones que lo vinculan con un personaje real y en uno de los puentes de acceso a la ciudad de Buenos Aires hay un monumento inspirado en este tango.

El tango fue estrenado el 17 de marzo de 1934 junto con otros temas en la comedia musical de Francisco Canaro La canción de los barrios, en el Teatro Sarmiento -desaparecido en 1937 para la construcción de la Avenida 9 de Julio y el 22 de mayo del mismo año lo grabó el autor con su orquesta con la voz de Ernesto Famá.

Canaro describe el aspecto físico del personaje de su obra como “picao de viruela, bastante morocho, encrespao el pelo lo mismo que mota, un hondo barbijo a su cara rota…bien fornido y fuerte…no…bien parecido”.

Hay varias versiones sobre el origen del tango y Canaro jamás se esforzó en dar sobre el asunto una aclaración que le haría perder su condición de misterio y de mito. Una versión es que por el año 1900 vivió en el barrio de Barracas un hombre que trabajaba de peón en un frigorífico, cumplidor en su empleo y frecuentador de las milongas, ​pero con una fama de malevo que había originado su apodo de Tigre Millán, (aunque ese no era su apellido). La versión indica que para bailar el hombre siempre elegía a la misma mujer, que además de ser la mejor bailarina era la amante de un jefe policial de La Boca; la joven comentó a este último que no le gustaba bailar con el Tigre porque iba al baile sucio, con el olor de su trabajo, con la misma ropa. El policía envió dos subordinados vestidos de civil que una noche atacaron al Tigre para asustarlo pero cuando éste sacó un facón para defenderse lo mataron de dos tiros. Dice la versión que cuando en sus últimos minutos de vida le preguntaron quién lo había herido, respondió con la frase que quedó en la historia contada en el tango: el hombre para ser hombre no debe ser batidor. ​Dentro de esta versión algunos aportan precisiones, ubican la acción a principios del siglo XX, dicen que el hombre había llegado de Entre Ríos, que trabajaba en el frigorífico Anglo, de Avellaneda, y que frecuentaba dos boliches a cada lado del Puente Alsina, “La Blanqueada”, en la Capital, y “La chancha negra”, un bodegón milonguero, donde además se hacían riñas de gallo con fuertes apuestas, sito del lado de la Provincia, junto a donde está hoy el monumento al malevo.

Otra versión vincula al tango con un vendedor de periódicos llamado Carlos Millán que tenía su parada en una esquina de Valentín Alsina muy valiosa tanto para la venta de diarios como para levantar jugadas de la quiniela clandestina. Millán era presionado por dos hermanos –algunos dicen que querían quedarse con la esquina y otros que se trataba de un asunto de polleras- amparados por algunos políticos que una noche lo hicieron asesinar –en algunas versiones, Millán consiguió abatir a 4 atacantes antes de morir-. Sobre esta versión dice Walter Ercoli que el diario La Defensa de Valentín Alsina, informó el 6 de enero de 1935, con el título Hechos graves que conmueven a la población que en los vecinos y amigos de Carlos Millán desmentían que el mismo, muerto en un recio tiroteo con la policía, no era un delincuente como decía la policía; pero, concluye, ese no podía ser el Tigre Millán de Canaro porque a esa fecha el tango ya había sido estrenado.

En la plazoleta ubicada en Valentín Alsina en la provincia de Buenos Aires, del lado derecho de la avenida Remedios de Escalada de San Martín -considerndo la dirección desde la ciudad de Buenos Aires hacia Lanús- del Puente Alsina, que cruza el Riachuelo, uniendo el barrio de Nueva Pompeya con Valentín Alsina, estaba ubicado el Monumento al Malevo, también conocido como El malevo de fierro, una obra de ocho metros de alto que recuerda a ese hombre retratado en El Tigre Millán que, según la mitología urbana, fue asesinado por la traición de una mujer, junto a otra denominada Tango de acero; las dos fueron realizadas por el escultor José Perera, un Madrileño nacido en 1948 que desde hace años vive en Valentín Alsina y que desde 1970 se dedica casi exclusivamente a la escultura, que trabajó mucho haciendo sus obras sobre chapa batida que modela en frío a martillazos y con soldadura autógena. ​El 29 de junio de 2018 los dos monumentos fueron retirados por la Municipalidad de Lanús con el propósito de ubicar el Tango de acero en la plazoleta del lado opuesto de la avenida y llevar el Monumento al Malevo a otro lugar de la zona este del distrito que podría ser en el velódromo o en la rotonda de la calle 29 de setiembre, camino a la Universidad Nacional de Lanús.

Vamos a escuchar, en primer lugar la versión de la orquesta de su autor, FRANCISCO CANARO, acompañado de la voz de ERNESTO FAMA. Continuaremos escuchando a la orquesta de JUAN D'ARIENZO acompañada por ALBERTO ECHAGUE. Terminaremos escuchando la versión de HÉCTOR MAURÉ acompañado de guitarras.


Francisco Canaro y Ernesto Famá




Juan D'Arienzo y Alberto Echagüe




Héctor Mauré

viernes, 16 de noviembre de 2018

253 - ELEGANTE PAPIRUSA - (Osvaldo Fresedo / Miguel Caló / Francisco Canaro y Ernesto Famá)

ELEGANTE PAPIRUSA es un tango compuesto por el violinista Tito Roccatagliata que fue grabado el 21 de julio de 1922 por la orquesta de Osvaldo Fresedo en sistema acústico y posteriormente le agregó una letra Sandalio Gómez (también usaría el seudónimo de Carlos Gómez).

Papirusa es una palabra lunfarda que significa hermosa y, por extensión, mujer bonita. Supone un cruce entre papusa –mujer, en lunfardo- y el vocablo polaco papjerosi –cigarrillo- una palabra muy oída en boca de las prostitutas de esta nacionalidad. ​Celedonio Flores usó esta palabra en el tango Corrientes y Esmeralda (1933): "Milonguita, aquella papirusa criolla que Linnig mentó".

El tango fue avanzando en Buenos Aires desde los barrios humildes, a los cabaréts de Palermo, los cafetines de la Boca y, a la postre en la década de 1920, a los cabaréts y dancing del centro de la ciudad. Entre éstos últimos se encontraba, en la calle Maipú al 300, el cabaret Elysées en el cual la mayoría de sus bailarinas eran jóvenes muchachas polacas, traídas por las organizaciones que manejaban la trata de mujeres y que habrían sido allá por fines de la década de 1910, las primeras en fumar en público; como conocían poco castellano usaban su idioma al nombrar el cigarrillo dando origen a papirusa. Tito Roccatagliata trabajó en varias oportunidades en ese local y le dedicó su tango a una de esas esbeltas muchachas polacas.

Entre las grabaciones de este tango se encuentran, además de la inicial de Osvaldo Fresedo, las instrumentales de la orquesta de Miguel Caló del 27 de diciembre de 1943 para Odeon con el nombre censurado de Elegante porteñita, el 27 de julio de 1956 lo registró, ya con el verdadero nombre, Enrique Mario Francini con su orquesta y el 11 de febrero de 1966 lo vuelve a grabar Miguel Caló, esta vez con sonido estereofónico de alta fidelidad. También lo grabaron con sus orquestas Osvaldo Pugliese el 18 de junio de 1986 en Odeon, Atilio Stampone, Juan D'Arienzo (1970), Héctor Varela, Edgardo Donato, la Orquesta Típica Sans Souci y Francisco Canaro, en versión cantada por Ernesto Famá (1941).

En esta ocasión podremos escuchar la primera de ellas, interpretada por la orquesta de OSVALDO FRESEDO. Después, la versión de MIGUEL CALÓ, de 1943. Por último, la versión cantada de ERNESTO FAMÁ acompañado de la orquesta de FRANCISCO CANARO.


Osvaldo Fresedo




Miguel Caló




Francisco Canaro y Ernesto Famá



sábado, 10 de noviembre de 2018

244 - CHARLEMOS - (Francisco Canaro y Ernesto Famá / Roberto Rufino y Carlos di Sarli / Ignacio Corsini / Alberto Gómez y Adolfo Guzmán)

CHARLEMOS es un tango de 1940 cuya letra y música pertenecen a Luis Rubistein. El tema es una conversación telefónica en la que sólo se escucha al narrador que ha marcado un número aparentemente equivocado.

El tango fue estrenado el 15 de enero de 1941 en el Teatro Astral por la orquesta de Francisco Canaro, lo grabó Carlos Di Sarli, con la voz de Roberto Rufino, el 18 de febrero de 1941, el 11 de marzo hacía lo propio Ignacio Corsini acompañado por las guitarras de Armando Pagés, Enrique Maciel y Rosendo Pesoa y el mismo año lo registró en Cuba Alberto Gómez con la Orquesta Adolfo Guzmán. Para Selles la más exitosa de aquellas interpretaciones resultó la de Alberto Gómez.​ Adet dice que adquirió popularidad con la versión de Ignacio Corsini​ en tanto Gobello menciona a las dos grabaciones como impulsoras de su difusión.

Manuel Adet señala que la letra no solo narra en menos de tres minutos una historia de amor, sino que contiene un final sorpresivo que los oyentes recién conocerán con la última frase.

La letra nos trasmite exclusivamente las palabras de un hombre en el teléfono. Dice el número y pregunta por Renée a la persona que atiende que, sabremos unos versos más adelante, cuando se refiera a “ella y él”, es una mujer. Él sabe que la mujer que contestó no es Renée, porque ésta no existe y le propone seguir hablando y ella acepta. Se supone que está solo, necesitado de conversar, pero al decir “charlando soy feliz” también indica que no ha renunciado por completo a la vida. Propone soñar “con la gris tarde que llueve...”, color que en los tangos tiene que ver con la tristeza, la soledad y la melancolía. Si del hombre no se conoce nada aparte de su soledad, de la mujer que atiende del otro lado, tampoco se sabe otra cosa salvo que ha aceptado escucharlo. A esta altura Adet se interroga:

“¿Se trata de una mujer común y corriente? No lo sabemos ¿Es un alma caritativa? Difícil ¿O es acaso una prostituta? Lo que está planteado en la última estrofa es que ella quiere verlo. ‘¿Que dice... tratar de vernos? Sigamos con la ilusión?/ hablemos sin conocernos, corazón a corazón’, responde él. ¿Por qué una mujer que atiende a un desconocido por teléfono, acepta conversar y luego le propone verlo? La hipótesis de la prostituta crece, pero Rubistein nada nos dice porque no es lo que más importa o porque prefiere jugar con la ambigüedad.”


La última estrofa contiene un interesante y poético juego de palabras: ella le propone “verse”, lo que en el habla coloquial significa “encontrarse” y el poeta dilata el final introduciendo una nota de suspenso: “No puedo... no puedo verla... es doloroso lo sé...” que hace suponer al oyente que algún motivo personal impide la cita; entonces el último verso informa que la imposibilidad de verla no es la de acudir a la cita sino que proviene de su ceguera... “¡Cómo quisiera quererla!/ Soy ciego...perdóneme”. Aquí Adet vuelve a interrogarse:

"Recién en esas tres últimas palabras descubrimos que el personaje es no vidente. ¿Es así? ¿No será acaso una excusa para afrontar la realidad? ¿Por que en lugar de decir, ‘cómo quisiera verla’, ahora dice ‘cómo quisiera quererla’? ¿La ceguera es física o moral?"

Julio Nudler hace referencia al contexto político, señala que en 1940 los nazis y la propaganda antisemita rechazaban y discriminaban a los judíos, y opina que Rubistein, hijo de judíos rusos, es probable que ha querido proclamarlo: “Soy judío... perdóneme”.

Originalmente el número del teléfono al que se llamaba era «¿Retiro sesenta once?» -en esa época se usaba decir la característica telefónica (en el caso, Retiro que era el 31) seguida del número- y el resultado 31-6011 coincidía casualmente con el número telefónico de la estación de ferrocarril de ese nombre. Comenzaron a abundar los llamados de bromistas que cuando la telefonista de la estación atendía decían «Quisiera hablar con Renée». Para solucionarlo, Rubistein cambió Retiro por Belgrano. En la versión grabada por Ernesto Famá con la orquesta de Canaro se habla de Retiro y la pregunta no va a dirigida a Renée sino a Esther.

Vamos, ahora, a tener la oportunidad de escuchar las cuatro versiones anteriormente citadas. En primer lugal, la de FRANCISCO CANARO con la voz de ERNESTO FAMÁ. Después la de ROBERTO RUFINO acompañado por la orquesta de CARLOS DI SARLI. Continuaremos con la de IGNACIO CORSINI para acabar escuchando la versión de ALBERTO GÓMEZ acompañado por la orquesta de ADOLFO GUZMÁN.

Disfrútenlo!


Ernesto Famá y Orquesta de Francisco Canaro




Carlos di Sarli y Roberto Rufino




Ignacio Corsini




Alberto Gómez y Orquesta de Adolfo Guzmán





viernes, 19 de octubre de 2018

224 - CHAU, PINELA! - (Carlos di Sarli y Ernesto Famá)

Es sabido que el pueblo, colectivamente, no puede crear lunfardismos, ni voces, ni expresiones populares. Es necesario que alguien sea el creador, que alguien sea el primero. Conocer la partida de nacimiento de estas voces y expresiones y las circunstancias en que han sido creadas, es, por lo general, imposible. Aunque a veces, el hecho originario puede hacerse anecdótico y ser recogido, como, por ejemplo, en este caso.
Nos contaba el Dr. Enrique Burone Risso que, en San Fernando, a principios del siglo pasado, un importante punto de reunión lo constituía la confitería de don Emilio Frugone. Ubicada a escasos cincuenta metros de la Iglesia Catedral, los domingos, después de la misa de once, concurrían allí los vecinos a comprar los exquisitos postres que dieron fama al establecimiento. La confitería pasó a ser, además, un lugar de tertulias.
Uno de los habituales a dichas reuniones dominicales era don Ángel Pineda, gran amigo de todos, quien al despedirse al filo del mediodía, después de haber gustado algún aperitivo o bebida de la época, dirigiéndose al dueño del local le preguntaba con la cortesía que lo caracterizaba: ¿Qué le debo don Emilio? A lo que éste, encontrándose atareado con la preparación de los pedidos, invariablemente le respondía con un simpático y cariñoso -¡Chau Pineda!, queriéndole significar con ello que, debido al enorme trabajo de ese momento, el cobro de lo consumido lo dejaba para otra ocasión. Y así, con el tiempo, la frase se fue difundiendo, hasta transformarse en ¡CHAU, PINELA!, una expresión popular que quiere decir: -¡Ya está, sanseacabó! Expresión usada, generalmente, para poner término a una discusión.

Luis Alposta

Y con este motivo, Humberto Castiglioni, construye este tango, que ha interpretado genialmente CARLOS DI SARLI y su orquesta, acompañados por la voz de ERNESTO FAMÁ. Aquí les dejo esta versión, grabada en 1930.


Carlos di Sarli y Ernesto Fama

viernes, 5 de octubre de 2018

213 - TORMENTA - (Rubén Juárez y Armando Pontier / Francisco Canaro y Ernesto Famá / Virginia Luque)

Enrique Santos Discépolo fue uno de los más atrevidos compositores de tango, que en el caso de TORMENTA se atrevió con la religión. Muchas son las versiones de la interpretación que le da la gente a este gran tango que tiene una música espectacular, adjetivo aplicable también a su letra, que en este caso me atrevo a decir que es de un filósofo natural.

Es otro tango que también sigue hoy vigente… Su tema no pasará de moda porque siempre se estará hablando de la obra de Dios.

Como otros tangos de Discépolo, éste también fue un tango prohibido en alguna época, pero definitivamente, Dios, está presente en las letras varios tangos de Discépolo.

Tengo amigos a los que le gustan mucho de este tango porque, en opinión de ellos, los hace reflexionar; es decir que su letra hace que las personas lo escuchen con toda atención y finalmente reflexiones sobre su contenido y sobre la vida.

En un artículo encontré estas palabras de Discépolo que comparto con ustedes:

"Siempre he conversado con Dios. Y de Dios aprendí a sentir, como si fuese un dolor mío, el hambre de los otros, la injusticia de los postergados y la tragedia infinita de vivir en la tierra que lo ofrece todo, para que los más no tengan nada.., esa injusticia que orilla por las calles de los pobres.., y que termina por agitar la razón del que es honrado.

Grité el dolor de muchos, no porque el dolor de los demás me haga feliz, sino porque de esa manera estoy más cerca de ellos.., y traduzco ese silencio de angustia que adivino" (los pueden ver en Enrique Santos Discépolo, un artículo de "El Ortiba").

Bueno pero vamos al tango y al momento de poderlo escuchar. En primer lugar les dejo la versión que grabara en 1972, RUBEN JUAREZ, acompañado por la orquesta de ARMANDO PONTIER. A la segunda versión la pone voz ERNESTO FAMÁ a quien acompaña magistralmente la orquesta de FRANCISCO CANARO. La tercera es la interpretación en directo de VIRGINIA LUQUE, tomada de un programa de televisión


Rubén Juárez y Armando Pontier




Francisco Canaro y Ernesto Famá




Virginia Luque