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miércoles, 12 de diciembre de 2018

275 - TU NOMBRE - ( Julio de Caro y Héctor Farrel / Mercedes Simone)

La obra de Homero Manzi en el Tango, excede esos límites de los versos que se cantan en tantas canciones de la música popular del mundo en general. Hay muchas letras que tienen gran éxito momentáneo y se apagan a la misma velocidad con que llegan a las masas. Manzi es detallista, un pintor de situaciones, describiendo con palabras musicadas la hermosura de la poética que nos instala en una época determinada, o en un momento de su vida, imaginada o real.

Escuchando el valsecito TU NOMBRE es fácil situarse en la intimidad de la persona que acaba de traspasar el umbral que separa lo pasado de lo futuro. Como las imágenes efímeras que titilan en la pantalla del ordenador, es fácil imaginar la llegada del desamor, los rumbos distintos que toman los integrantes de la pareja, ese nicho de recuerdos, de momentos vividos en común, los jirones del adiós, aquellos paisajes del alma... Sin infatuar el tono, el poeta nos lleva a ese desasosiego que late en su corazón.


Tu nombre ya no es una palabra,
tus manos parecen un recuerdo,
tu risa, tu amor y tu esperanza
son ecos de un ensueño,
son sombras de un adiós...
¿Recuerdas?... mis pasos te buscaban
¿Recuerdas?... un día te encontré
y al vernos quedamos sin palabras
y entonces, sin hablar, te abandoné.

Tu silencio encerraba otro mundo
en tu aliento quemaba otro fuego,
en tus ojos brillaba otro rumbo
en tus labios temblaba otro beso...
Y de pronto tu nombre fue un eco
y un recuerdo perdido tu voz,
y mi voz un adiós de silencio
y un amor sin sentido, mi amor.


Qué fácil es ver retratado ese momento tremendo del adiós en los anclajes estéticos del desvío que toman los que hasta ahí formaban una pareja enamorada. La desnuda y catártica expresión del desamor, como una realidad inerte. Las efímeras felicidades metabolizadas en las lindes de lo cotidiano, de las relaciones envueltas de pronto en abruptas atmósferas, en ausencias que provocan dolor punzante y cauterizarán cuando aparezca el nuevo amor. Pero la despedida está cargada de metáforas. Porque Homero simboliza maravillosamente en el nombre que deja de pronunciarse, en ese sonido que dejan ciertas palabras, el punto final del amor. Todo acaba cayendo en los tópicos de la vida.


¿Recuerdas?... sin llanto y sin reproche
trazamos la cruz de dos caminos,
mis pasos tomaron en la noche
la línea de un destino
que nunca retornó.
Tu nombre ya no es una palabra,
tus manos dibujan un adiós,
tu ausencia señala la distancia
del tiempo que borró tu corazón.


La música de este valsecito tan llegador, es del bandoneonista y compositor Félix Lipesker, con quien Homero Manzi compuso otras páginas que permanecen en el sitial de las elegidas por su resonancia y belleza. El caso de los valses Romántica, Gota de lluvia, Muchacha, imperdibles. O los tangos: Celoso por tí, Alba, Muchacha, No me podrás olvidar, Arrabal, El conservatorio. En este caso que citamos hoy, también le adosa la perfecta musicalización sincopal, a los versos de Manzi.

Podemos escuchar dos versiones de este valsecito tan emotivo. La de JULIO DE CARO, cantando HÉCTOR FARREL, grabado el 5 de abril de 1940. Y la deliciosa interpretación de MERCEDES SIMONE, acompañada por el quinteto del bandoneonista Roberto Garza, también llevado al disco ese mismo año.

José María Otero en "Tangos al bardo".


Julio de Caro y Hector Farrel




Mercedes Simone


lunes, 26 de noviembre de 2018

261 - RECUERDO - (Osvaldo Pugliese / Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel / Julio de Caro / Rosita Montemar)

RECUERDO es un tango cuya letra pertenece a Eduardo Moreno en tanto que la música es de Osvaldo Pugliese. Fue publicado en 1924 y lo estrenó el cuarteto del bandoneonista Juan Fava, en el café Mitre de Villa Crespo. La primera grabación es del 9 de diciembre de 1926 por la orquesta de Julio De Caro, solo instrumental, y del año siguiente es la primera grabación cantada, en la voz de Rosita Montemar acompañada por músicos del sello RCA Victor.

Si en 1914 Alma de bohemio de Roberto Firpo marcó un hito en el desarrollo del género y por la originalidad de su estructura melódica y por la compleja densidad de su música preanuncia la aparición del tango más elaborado, del tango moderno, puede decirse que una década después Recuerdo es otro punto de inflexión en el desarrollo de la creación tanguera. Para muchos, el mejor tango que hubo, no sólo por sus atractivos estéticos si no también, porque abrió nuevas perspectivas en la composición.

Desde siempre su autoría ha suscitado una gran polémica. En 1924 el tango se editó mencionando solamente que la música es de Adolfo Pugliese. Recién meses después se editó con la letra de Eduardo Moreno. Algunas opiniones respaldan la autoría de Osvaldo Pugliese y dan explicaciones sobre la firma del tango por su padre. Así Luis Adolfo Sierra dice que fue una precaución del editor y del padre de Osvaldo Pugliese, dado la minoría de edad de éste —19 años— en una época en que no estaba todavía legislada específicamente la protección de los derechos intelectuales. (La historia del tango, volumen 14, editorial Corregidor) Coincide el coleccionista Osvaldo Firpo, quien agrega que tiempo después padre e hijo registraron definitivamente el tango en la Sociedad de Aurores a nombre de su creador. También coinciden Roberto Selles, Oscar del Priore e Irene Amuchástegui, que creen que hubo un factor económico: Pugliese se lo cedió al padre que estaba en apuros de esa índole. (Cien tangos fundamentales, de Oscar del Priore e Irene Amuchástegui, editorial Aguilar.) Horacio Ferrer dice que por su estructura, calidad y estilo la obra es de Pugliese y es irrelevante el motivo por el cual lo registró el padre.

Otros opinan diferente. El coleccionista Bruno Cespi rechaza el argumento de la minoridad de Pugliese porque tres partituras anteriores, Primera categoría, Carlitos y El frenopático (1922-1923), fueron editadas a nombre de Osvaldo Pugliese. Concuerda con él Héctor Lucci, quien agrega que también en los discos de las grabaciones de Recuerdo por Julio De Caro (1926), Rosita Montemar (1927), orquesta Bianco-Bachicha (1928), Orquesta Típica Victor, con la voz de Roberto Díaz (1928) y Ricardo Tanturi (1942) figura “A Pugliese” como autor.

Retrato de Rosa Montemar. Rosa Montemar, primera cancionista que grabó el tango Recuerdos.
Otros opinan diferente. El coleccionista Bruno Cespi rechaza el argumento de la minoridad de Pugliese porque tres partituras anteriores, Primera categoría, Carlitos y El frenopático (1922-1923), fueron editadas a nombre de Osvaldo Pugliese. Concuerda con él Héctor Lucci, quien agrega que también en los discos de las grabaciones de Recuerdo por Julio De Caro (1926), Rosita Montemar (1927), orquesta Bianco-Bachicha (1928), Orquesta Típica Victor, con la voz de Roberto Díaz (1928) y Ricardo Tanturi (1942) figura “A Pugliese” como autor.

Néstor Pinsón, dice que el tango es del hermano, Vicente Salvador Pugliese, violinista a quien llamaban Fito quien tenía mala relación con su padre y un día se fue al sur del país abandonando el pentagrama de su obra. Atribuye la versión a un gran bandoneonista y director cuya identidad preserva, y que coincide con la que da el autor de la letra, Eduardo Moreno.

Monumento y Plazoleta a Osvaldo Pugliese, en Villa Crespo, a pocos metros del lugar donde naciera.
Según la misma fuente no individualizada, la famosa variación final, la que le da ese toque magistral a la obra tampoco sería de Osvaldo sino que se trataría de un agregado en ocasión de incorporarse la letra de autoría del bandoneonista Enrique Pollet, El Francés (1901-1973), en colaboración con Eduardo Moreno.

En la partitura del tango Ausencia de 1931, figura como compositor Osvaldo Pugliese pero con el agregado de A. Pugliese.

El maestro Pugliese explicó en reportajes cómo fue concibiendo la melodía en los viajes del tranvía y que el título que inicialmente fue “Recuerdo para mis amigos” lo acorta al editarlo y le agregó el subtítulo “A mis amigos”, en homenaje a la barra del café La Cueva del Chancho o De la chancha, como le decían los muchachos. También confirmó que se lo dio a su padre para ayudarlo.

José María Otero en su blog "Tangos al bardo" nos cuenta que "Pugliese, a sus 19 años, compuso el tango que para muchos es el mejor de la historia: Recuerdo. Debió registrarlo a nombre de su padre, por ser menor de edad. Evidentemente, es muy difícil establecer comparaciones en ese sentido, pero las calidades de Recuerdo, son muy evidentes e incluso avanzadas para la época. La versión de Horacio Salgán con su orquesta vigorizó a esta excepcional pieza, que Pugliese terminó años después, agregándole las variaciones del final. Don Osvaldo invitaría al poeta, escritor, periodista, Eduardo Moreno, a escuchar el tema en su casa con la posibilidades de agregarle versos al mismo. Moreno era amigo de su hermano Vicente, violinista, conocido familiarmente como Fito. Incluso del otro hermano, el también violinista Alberto, con quien compusiera el vals Rosas olvidadas".

Aquí, en primer lugar, les voy a dejar la versión instrumental de 1944, interpretada por la orquesta de OSVALDO PUGLIESE, para seguidamente dejarles seguidamente la grabada por el mismo músico en 1966, pero esta vez acompañado por el canto de JORGE MACIEL. Como no, dejarles la que fue la primera grabación de este tango por parte del Sexteto de JULIO DE CARO en 1926. Por último les dejo la ya mencionada versión de ROSITA MONTEMAR, de 1927.


Osvaldo Pugliese




Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel




Julio de Caro




Rosita Montemar


sábado, 3 de noviembre de 2018

241 - BUEN AMIGO - (Julio de Caro / Aníbal Troilo / Osvaldo Pugliese / Julio de Caro y Agustín Volpe)

BUEN AMIGO es un tango cuya letra pertenece a Carlos Marambio Catán en tanto que la música es de Julio de Caro. Fue grabado por 12 de mayo de 1925 por el Sexteto Julio De Caro para RCA Victor y, posteriormente, por otros artistas. El autor dedicó la obra al eminente cirujano Enrique Finochietto.

Una noche del año 1924 estaban cenando el citado cirujano Enrique Finochietto con el doctor Pedro Chutro y con Florencio Lezica en el suntuoso cabaré Chantecler cuando el director de la orquesta Julio De Caro bajó del escenario y, violín en mano, se acercó lenta y respetuosamente a la mesa y, dirigiéndose a Finochietto, señalando con el arco hacia uno de los mozos, le dice —Doctor Finochietto, a aquel mozo que usted ve triste y llorando, le han dicho que su mujer se morirá esta noche por una enfermedad grave del abdomen. —No se aflija, amigo —respondió el médico, que dejó los cubiertos y dijo: “Vamos a ver a esa señora.” Esa misma noche, casi de madrugada, hizo el diagnóstico y la intervención quirúrgica que se requería para salvar a la paciente, haciéndose cargo de todos los gastos. A la noche siguiente se enteró De Caro y al volver a su casa después de la actuación, conmocionado todavía por el episodio, escribió el tango de un tirón y en agradecimiento al cirujano, se lo dedicó con el nombre de "Buen amigo".

De Caro en sus memorias da una versión ligeramente diferente del hecho, indicando como esposo de la paciente no ya a un mozo del cabaré sino a un amigo al que identifica como “Tito”. La versión de Pedro Maffia, que era bandoneonista de la orquesta, también varía en algo. Dice que De Caro llegó a la tarde con el tango inconcluso, por lo que le agregó al principio un fragmento de la zamba Mi manta pampa, de Guillermo Barbieri y lo unió al resto con la melodía del tango Shusheta de Juan Carlos Cobián. Lo estrenó de inmediato en el Chantecler, debió repetirlo varias veces a pedido del público y cuando esa noche llegó Finochietto el director pudo dedicárselo personalmente. Amuchástegui y Del Priore informan que no obstante la historia narrada, en partituras posteriores el tango apareció dedicado “a Sebastián Lezica”.

Cuando el príncipe de Gales, más adelante Eduardo de Windsor, viajó por primera vez a Buenos Aires en el invierno de 1926, se entusiasmó con la orquesta de Julio De Caro y con "Buen amigo" en particular y al regresar a su país se llevó la pieza impresa en discos y en papel.

Además de la versión de su autor, JULIO DE CARO, acompañado de su sexteto y de 1925, les voy a dejar la de ANÍBAL TROILO y su orquesta que grabara el 11 de julio de 1946 para RCA Victor; la de OSVALDO PUGLIESE y su orquesta, grabada el 26 de marzo de 1958 para Odeon y por último, otra de JULIO DE CARO, pero esta vez cantada por AGUSTIN VOLPE y grabada en 1942.


Julio de Caro




Aníbal Troilo




Osvaldo Pugliese




Julio de Caro y Agustín Volpe



miércoles, 31 de octubre de 2018

239 - BOEDO - (Julio de Caro / Francisco Canaro / Astor Piazzola)

BOEDO es un tango cuya música es de Julio De Caro en tanto que la letra pertenece a Dante A. Linyera y evoca la mitología y la historia tanguera y literaria del barrio de Boedo y aunque ni De Caro, nacido en Once y criado en San Telmo, ni Dante A. Linyera, que nació en Independencia y Sáenz Peña, habían crecido en este barrio, en la partitura original del tango decía: «Dedico este pequeño recuerdo a mis compañeros de la infancia, los muchachos de Boedo».

Boedo es uno de los 48 barrios de la Ciudad de Buenos Aires y está delimitado por Avenida Independencia, Sánchez de Loria, Avenida Caseros y Avenida La Plata.​ Nació como un típico barrio proletario del sur de la ciudad que cobró notoriedad con la aparición de la literatura social desarrollada a partir de la irrupción del Grupo Boedo. Se fue desarrollando en torno a la avenida homónima, tomó su nombre y lo oficializó con sus límites a partir de 1972. Sus antiguas casas contrastan, como en varios barrios de la Capital Federal, con los modernos edificios construidos en los últimos años. A pesar del gran número de tangos que hablan de Boedo, este es uno de los barrios más frescos y jóvenes. Entre sus vecinos vinculados al tango se encontraron los poetas José González Castillo, su hijo Cátulo y Homero Manzi.

En el tango, Linyera define a Boedo como “barrio del gotán y la pebeta, el corazón del arrabal porteño, cuna del malandrín y del poeta.”

En el mismo año 1928 Dante A. Linyera publicó un tango con música de Ricardo Luis Brignolo titulado “Florida de arrabal” en el que se refiere a la avenida Boedo como «la calle de todos, la alegre Florida del triste arrabal».

Sobre el tango que nos ocupa, decir que en su letra, Julián Centeya evocó la mitología y la historia tanguera del barrio de Boedo e hizo alusión al Grupo Florida como contraste con el Grupo Boedo. Si bien generalmente el tango se ejecutó y grabo como instrumental, hay un registro del 18 de abril de 1929, en que lo canta Roberto Díaz acompañado por guitarras.

A partir de 1943 el gobierno militar obligó a que en la radiodifusión se suprimiera el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez o expresiones que en forma arbitraria eran consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país, por lo que los autores debían modificar las letras para que se permita su emisión por radio, que era el medio más importante para su difusión. Las restricciones continuaron al asumir el gobierno constitucional el general Perón y en 1949 directivos de Sadaic le solicitaron en al administrador de Correos y Telecomunicaciones en una entrevista que se las anularan, pero sin resultado. Obtuvieron entonces una audiencia con Perón, que se realizó el 25 de marzo de 1949, y el Presidente –que afirmó que ignoraba la existencia de esas directivas- las dejó sin efecto y muchos tangos pudieron volver a su nombre y letra anteriores ​si bien por temor de los músicos algunas piezas, como el tango Al pie de la Santa Cruz y la Milonga del 900, siguieron ejecutándose con modificaciones en las partes a las que se podía asignar contenido político.

La segunda letra de Boedo, una mera variante de la original, seguramente fue escrita en 1943, como concesión a la censura y en esta nueva versión, tal como lo exigía la dictadura, desaparecen las expresiones lunfardas, el voseo y los versos “herejes”: «ande el tango, provocador y macho / hoy es el Dios / Nuestro Señor / del Berretín». No hay constancia del autor porque las partituras en las que figura mantienen la firma de Dante A. Linyera, pero ya había fallecido en 1938.

Desde 1924 Julio De Caro, teniendo como antecedente las ideas de Juan Carlos Cobián había consolidado una nueva concepción del tango dirigiendo una notable formación de una jerarquía técnica instrumental y un nivel de elaboración en los arreglos desconocidos hasta entonces. El Sexteto dio nuevo brillo a la belleza de tangos anteriores al mismo tiempo que incorporaba a su repertorio nuevas obras, más ricas y de mayor compromiso interpretativo. Boedo ocupa un lugar en la historia de la evolución musical planteada en el género por la escuela de De Caro, y mantiene un sitio en los repertorios contemporáneos.

Como buen tango de característico corte milonga, marcadamente rítmico, prevaleció en versiones instrumentales.

El grupo “Boedo” y el "grupo Florida"

El Grupo Boedo fue un conjunto de escritores argentinos y uruguayos de izquierda de la década de 1920. Entre sus miembros estaban Enrique Amorim, Leónidas Barletta, Elías Castelnuovo, Roberto Mariani, Nicolás Olivari, Lorenzo Stanchina, César Tiempo y Álvaro Yunque. Por otra parte, alrededor de la revista Martin Fierro y con centro de encuentro en las calles Florida y Tucumán se reúne un notable grupo de escritores entre los que figuran Ernesto Palacio, Roberto Marianise, Jorge Luis Borges, Conrado Nalé Roxlo, Macedonio Fernández y Raúl Scalabrini Ortiz. Había divergencias entre los dos grupos pero no enemistad. Nicolás Olivari estaba en Boedo y publicaba en Florida, Raúl González Tuñon comenzó actuando en Boedo y luego pasó a Florida. Unos y otros colaboraban en las mismas revistas y compartían las mesas de redacción.


Aquí he elegido para ustedes las versiones que, a mi entender, son más representativas y, cómo no, en primer lugar estaría la de su autor, JULIO DE CARO en el año 1928. En segundo lugar, otra versión instrumental y a su vez fantástica: la de FRANCISCO CANARO y su Quinteto Pirincho, del año 1959 y para acabar, les he elegido la versión, mágica, que en 1957 grabara ASTOR PIAZZOLA.


Julio de Caro




Francisco Canaro y Su Quinteto Pirincho




Astor Piazzola

martes, 8 de agosto de 2017

192 - MALA JUNTA - ( Julio Caro / Agustín Magaldi / Osvaldo Pugliese)

MALA JUNTA es un tango compuesto por Julio De Caro y Pedro Laurenz estrenado en 1927 y grabado por primera vez el 13 de septiembre de ese año por el sexteto de Julio De Caro del cual el coautor, el bandoneonista Pedro Laurenz era uno de los integrantes. La letra de Juan Velich es posterior y fue incorporada en la grabación de la pieza que hizo Agustín Magaldi en 1928 y luego modificada por su autor en 1943 para permitir su ejecución en radio dada la censura impuesta, pero el tango generalmente se ejecuta como instrumental.

Efectivamente, a partir de 1943 dentro de una campaña iniciada por la dictadura militar de 1943 que obligó a suprimir el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez o expresiones que en forma arbitraria eran consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país, así, por ejemplo, se prohibió la emisión por radio de Cafetín de Buenos Aires por su supuesto pesimismo y por la comparación entre el cafetín y la madre.

Las restricciones continuaron al asumir el gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón y en 1949 directivos de Sadaic le solicitaron al administrador de Correos y Telecomunicaciones en una entrevista que se las anularan, pero sin resultado. Obtuvieron entonces una audiencia con Perón, que se realizó el 25 de marzo de 1949, y el presidente –que afirmó que ignoraba la existencia de esas directivas- las dejó sin efecto.

En enero de 1950 SADAIC cuestionó a Radio El Mundo por aplicar criterios restrictivos sobre los temas de las canciones. En 1952 la entidad de los autores acordó con las autoridades una lista de canciones populares que por razones de buen gusto o decoro idiomático no debían pasarse por radio. Opina al respecto el escritor Oscar Conde que en definitiva, SADAIC no cuestionaba la censura en sí misma sino quién la aplicaba.

En octubre de 1953 se aprobó la Ley de Radiodifusión n° 14.241 que no tenía previsiones sobre el uso del lenguaje popular en radio pero las restricciones en alguna medida continuaron.

Debido a la censura, Velich modificó la letra -que aparte del título no contenía términos lunfardos- eliminando el tema de la mujer perdida para que se pudiera transmitir por radio. Así, por ejemplo, cambió los primeros versos que contenían el nombre del tango "Por tu mala junta te perdiste, nena/y nos causa tu extravío llanto, pena!..." convertidos en "Frente al tedio de las hondas brumas, alma/ya es en vano que yo espere dichas, calma!..."

Paul Whiteman, el famoso músico de jazz era artista de la Víctor, al igual que Julio de Caro y le gustaba mucho el tango que había tenido ocasión de escuchar cuando Juan Carlos Cobián estuvo en Estados Unidos. Al oír a De Caro en ocasión de que el mismo fuera a realizar grabaciones a los estudios de la Víctor le sugirió a la grabadora que le dejaran el violín-corneta con el que grababan concertistas clásicos que estaban reparando porque según su criterio tenía un concepto nuevo, moderno. La innovación consistía en que para aumentar el volumen del violín se le adhirió una corneta, de ahí su nombre, lo que aproxima el sonido instrumental a la voz humana, dotándolo un matiz nasal. Cuando el representante de la empresa viajó a Buenos Aires le llevó el violín a De Caro, ofreciéndole que el precio lo fuera descontando de los derechos a cobrar. El músico al comienzo no quiso usarlo pero luego lo aceptó y si bien le costó adaptarse al mismo, finalmente fue bien aprovechada para darle una especial sonoridad a la orquesta, llegándose a conocerlo como el "violín-corneta de Julio de Caro". En la versión grabada por De Caro en 1927 se escucha con claridad la presencia de este instrumento.

Entre las grabaciones realizadas se encuentran las de José Basso del 21 de abril de 1961, Osvaldo Pugliese el 27 de agosto de 1943, Pedro Laurenz el 16 de enero de 1947, todas ellas instrumentales, las de Horacio Salgán, Atilio Stampone, Antonio Agri y su conjunto y Cuarteto Pirincho. Ernesto Baffa lo grabó en 4 oportunidades y Osvaldo Requena hizo una recreación al grabarlo con la Orquesta Típica Decareana.

Vamos a escuchar en primer lugar la más antigua, la de su autor JULIO DE CARO y su sexteto que data de 1927. Continuaremos escuchando la primera versión cantada y que lo fue por AGUSTÍN MAGALDI para terminar con una memorable versión en vídeo de OSVALDO PUGLIESE junto a su excepcional orquesta entre la que figura el cuarteto de bandoneonistas Arturo Penón, Daniel Binelli, Roberto Alvarez y Alejandro Prevignano y los violinista Osvaldo Monterde, Raúl Domínguez y Julio Peressini.


Julio de Caro




AgustÍn Magaldi




Osvaldo Pugliese