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viernes, 14 de diciembre de 2018

280 - PA LO QUE TE VA A DURAR - ( Aníbal Troilo y Roberto Goyeneche / Edmundo Rivero / Adriana Varela / Abel Córdoba y Osvaldo Pugliese)

La letra pertenece a Celedonio Flores y la música a Guillermo Barbieri. Se supone que fue escrito en 1935, motivo por el cual Carlos Gardel no lo pudo grabar. Yo lo escuché cantar por primera vez muchos años después en una versión de Raúl Berón y la orquesta de Miguel Caló. Luego me llegaron las grabaciones de Roberto Goyeneche y Edmundo Rivero: las dos son formidables. Una con la orquesta de Troilo, la otra con la de Mario Demarco. Después disfruté de otras grabaciones: Osvaldo Pugliese con Abel Córdoba y Alberto Echagüe con Juan D’Arienzo. De todos modos, y sin menoscabar a nadie, mis preferidos son Goyeneche y Rivero; me parecen que son los que le otorgan a la letra el tono justo, la insinuación precisa.

PA LO QUE TE VA A DURAR es un poema que reitera uno de los temas clásicos del tango: el muchacho calavera. Todo tanguero que se precie ha disfrutado de poemas como “Muchacho” de Celedonio Flores, interpretado por Angel Vargas; o “Mis consejos” de Héctor Marcó grabado con guitarras por Rivero en 1954; o “Cómo se pianta la vida” de Carlos Viván, el mismo autor de ese tango que tanto le gustaba a mi padre: “Hacelo por la vieja”, interpretado, si mal no me acuerdo, por Oscar Larroca. “Cómo se pianta la vida”, pertenece por mérito propio a Roberto Goyeneche, pero hay una versión muy buena de Héctor Mauré.

Los tangos referidos a los muchachos calaveras tienen algunas constantes y, por supuesto, algunas diferencias. Se refieren en todos los casos a jóvenes que se han lanzado de lleno, con todo el vigor juvenil, al vértigo de la noche. A estos muchachos les gustan todas: las mujeres, el naipe, los caballos, el whisky y algunas cositas más. Les gustan todas y, además, se proponen ser ganadores en todas.

Por lo general, los poemas privilegian como punto de vista la mirada de un hombre mayor, alguien que “está de vuelta” y les recuerda lo efímero de la vida y lo equivocado que están. Alguien que, seguramente, cuando tuvo esa edad fue como ellos, y alguien que a pesar de la severidad del reproche no alcanza a disimular la admiración que le sigue despertando ese tipo de vida

En la mayoría de las letras predomina la actitud paternalista de ese observador o la reflexión crítica y despiadada a una vida agotada en placeres y excesos que lo han dejado con las manos vacías. Hay un tango que se llama “Medianoche”, escrito por Héctor Gagliardi, musicalizado por Aníbal Troilo en 1944 e interpretado por Aldo Calderón, que alude a esa vida precipitada y al balance final, cuando ya no hay tiempo de volver atrás. El personaje habla en primera persona. Está internado en el hospital, seguramente con alguna enfermedad incurable y, justo cuando el reloj del pabellón da la medianoche, imagina a sus amigos en la mesa del café conversando o jugando al billar. Habla también de su madre y de la novia que ya no lo viene a visitar. Está solo, enfermo y vencido. En cierto momento recapitula y dice; “Las minas, las copas, las farras, los bailes, yo triunfé en todo esto y aquí está el final”.

Las letras sobre los muchachos calaveras pueden ser críticas no contra ese tipo de vida, sino contra personajes que no están a la altura de ella, pero bueno es insistir en que de una manera a veces confusa, a veces disimulada, no ocultan la admiración que despierta ese tipo de vida. En otros casos la mirada intenta ser más que crítica, burlona . El muchacho calavera puede ser el gil, el que pretende ser calavera y no le da el cuero. Es el caso del tango de Félix Villa, interpretado por Mario Bustos, “Che fulano” o “Muchacho rana”, de Tita Merello, o “Niño bien” de Víctor Soliño y Roberto Fontaina, interpretada también por Tita Merello. O el caso de “Muchacho”, a quien le dice que “si tenés sentimientos, los tenés adormecidos, pues todo lo has conseguido, pagando como un chabón”.

En todos estos casos, el observador, el punto de vista, es despiadado con ese “tonto que se cree vivo”, o ese farsante que exhibe una condición que carece. A modo de síntesis, podría decirse que en algunos casos la crítica huele más a resentimiento que a crítica, pero a no fastidiarse, porque esas “virtudes” constituyen también un atributo en el largo poemario tanguero.

“Pa lo que te va a durar”, es a mi criterio, junto con “Mis consejos” y “Cómo se pianta la vida”, la mejor versión de este subgénero de muchachos calaveras. El ritmo de los versos, las imágenes, son de excelente factura, una calidad a la que Celedonio Flores nos tiene acostumbrados con letras como “Corrientes y Esmeralda”, “Cuando me entrés a fallar”, “Canchero”. “Mala entraña”, “Audacia”, “Margot”, “Tengo miedo”, “Milonga fina”, “Malevito”. por mencionar los más conocidos.

Los trazos que van dibujando al protagonista de “Pa lo que te va a durar” son certeros y precisos. “Estás cachuzo a besos, te han descolao a abrazos, se te ha arrugao la cara de tanto sonreír, si habrás ensuciao puños en mesas de escolaso, si habrás rayado alfombras muchacho bailarín”. Ya en la primera estrofa, el poema no pude ocultar la simpatía, la admiración, incluso el cariño que le despierta el personaje.

Se trata de un ganador, pero de un ganador en serio, un ganador que se las aguanta. El muchacho vive al límite y daría la impresión de que todo le sale bien, entre otras cosas porque tampoco le importaría demasiado si le fuera mal, porque lo que valora en todos los casos es esa capacidad para vivir los excesos, para jugarse, secando la cartera en Palermo o haciendo temblar a Griselda en los carnavales cuando su voiture llega a marcar 120 kilómetros por hora, en un tiempo en el que ya era imprudente andar a 80 kilómetros por hora.

El punto de vista, el hombre que dice la letra del tango, le advierte en el estribillo que esa vida de triunfos, éxitos, hazañas no le va a durar mucho, que tarde o temprano se va a dar cuenta de que vivió una vida vacía, una vida que se agotó en aprontes y partidas y entonces…“Muchacho…te quiero ver”. Pero el joven muy bien podría decirle a este veterano sentencioso y amargo que nadie le va a quitar lo bailado y que al futuro lo va a torear cuando llegue y no antes.

El propio veterano admite que el muchacho merece ser admirado: “Vos sos el que no tiene temores cuando juega, vos sos a quien ninguna mujer lo despreció, vos sos el que no pide, vos sos el que no ruega, vos jugás por derecha habiendo banca o no”. Esta estrofa es bellísima. Nuestro héroe no es un tonto, un vulgar niño bien, un fanfarrón, algo así como un Isidorito Cañones. Hay en él un coraje, un valor, algo en definitiva que merece ser reconocido.

Y efectivamente el poeta lo reconoce en la última estrofa y, muy en particular en los últimos versos, cuando le dice. “Y por noble y derecho vas dejando a pedazos, en esta caravana tu amable corazón, en esta caravana de envidias y fracasos, donde taureás tu vida de criollo y de varón”. Final perfecto, digno de la mejor mitología tanguera. Prestar atención a la manera, al modo, con que Goyeneche y Rivero pronuncian la palabra “taureás”. El personaje en este final adquiere dimensión de héroe, de héroe trágico. El muchacho es algo más que un tarambana o un vicioso: es noble y derecho, tiene corazón y al concluir la letra ha dejado de ser el muchacho bailarín y ha devenido en criollo y varón. ¿Qué más se puede pedir?

ROGELIO ALANIZ

Y solo toca ya escuchar este hermoso tango. Y para hacerlo he escogido cuatro versiones como son las de, en primer lugar, la ANÍBAL TROILO y ROBERTO GOYENECHE; en segundo, la de EDMUNDO RIVERO; en tercero, la de ADRIANA VARELA, para terminar con la excelente versión en directo de 1985, de ABEL CÓRDOBA acompañado por la orquesta de OSVALDO PUGLIESE.


Aníbal Troilo y Roberto Goyeneche




Edmundo Rivero




Adriana Varela




Abel Córdoba y Osvaldo Pugliese

278 - A BARQUINAZOS (Hermosa japonesita) - (Mario Alonso y Osvaldo Pugliese / Adrián Guida y Osvaldo Pugliese / Carlos Varela)

Este tango, como muchos de la enciclopedia tanguera, tiene una curiosa historia detrás. Lo compuso Osvaldo Pugliese en forma instrumental, con el nombre inicial de Hermosa japonesita, pero no lo grabó con su orquesta ni tuvo interpretación alguna. Hasta que en 1948 se filma la película "Mis cinco hijos", con libreto de Nathan Pinzón y Ricardo Setaro, que dirigieron Orestes Caviglia y Bernardo Spoliansky.

El filme se estrenó el 2 de septiembre de dicho año, con la particularidad de que actuaron los cinco hermanos Alonso: Tito, Pola, Iris, Mario y Héctor. En el mismo intervino también la orquesta de Osvaldo Pugliese y el maestro decidió sacar a relucir su tango inédito. Contaría con la colaboración nada menos que de Homero Expósito -con quien se encontró en el Café El Águila-, que le puso versos para el mismo y lo tituló A BARQUINAZOS. Que viene a significar, "a los tumbos".

En la película actúa la orquesta de Pugliese y se filmaron esas escenas en el Club Social Villa Crespo, del cual el propio músico había sido uno de sus fundadores. Tocaron los instrumentales Adiós Bardi y La yumba y Pugliese invitó a a Mario Alonso a cantar dos temas -para desazón de Alberto Morán-. Uno de ellos fue El encopao (de Pugliese y Dizeo) y el otro: A barquinazos.

La letra de Expósito contiene la retórica habitual del poeta, y aunque deba trabajar sobre una música previamente escrita -tarea nada fácil- logra darle ese imperio de maestría a la aventura del amor que va a los tumbos, pero los reproches y quejas del romance no le impiden seguir creyendo en el mismo. En el tema recrea la historia juvenil de Zárate que nunca pudo olvidar.

Lo extraño es que Osvaldo Pugliese no grabó el tema con ninguno de sus cantores. Y más raro aún, Javier Mazzea, a instancias del propio autor, también le puso versos, titulando este tango "Hermosa japonesita". Lo cantaría Adrián Guida con la orquesta del maestro en 1986 aunque no llegó a grabarlo. El tema venía a colación del recuerdo de un integrante de la comitiva que viajó a Japón con la orquesta. El que sí lo grabó fue Florindo Sassone con su orquesta y el cantor Oscar Macri.


A BARQUINAZOS
Letra : Homero Expósito (Homero Aldo Expósito)
Música : Osvaldo Pugliese (Osvaldo Pedro Pugliese)

Yo sé que puedo llegar
Y me propongo hasta el fin,
Tengo tu amor al ojal,
Una ansiedad de cantar
Y una ambición de vivir.

La cuesta siempre nos cuesta
Pero a la larga no es larga,
Y yo prefiero seguir,
Que despeñarme con la carga
Para morir.

Total, qué importa
Que se viva a barquinazos,
Dando tumbos, paso a paso
Tropezando cada vez.
Las caídas
Del que lucha por la vida,
Son mejores que el fracaso
De negar para querer.

Ya que la suerte
Quiere darme la esperanza,
De tu amor, que es agua mansa
Para el fuego del ayer.
Ven a mis brazos
Dame confianza,
Que aunque sea a barquinazos
Triunfará la fe.

Podemos escuchar la versión de MARIO ALONSO con OSVALDO PUGLIESE en dicho filme. Mario formaría luego en la orquesta de Francisco Canaro con éxito y dejaría 31 registros discográficos con Pirincho. También escuchamos la versión de "Hermosa japonesita" por ADRIAN GUIDA y el propio Pugliese, en vivo durante la actuación del 23 de agosto de 1986 en el teatro Alvear. Por último podremos ver una versión mucho más moderna, la de CARLOS VARELA.



Mario Alonso y Osvaldo Pugliese




Adrián Guida y Orquesta Osvaldo Pugliese - Hermosa japonesita




Carlos Varela





277 - BIEN DE ABAJO - (Abel Córdoba y Osvaldo Pugliese / Rubén Juárez / Carlos Varela)

Creo que vale la pena volver los pasos sobre BIEN DE ABAJO, tango de dos importantes personajes de este mundo musical. el poeta Héctor Negro, y el bandoneonista y compositor Arturo Penón. Con un tema que seguramente debería haber tenido mayor recorrido, por su méritos poéticos y musicales, pero que nació en uno de esos momentos en que el género popular atravesaba uno de los baches que sufrió en la historia, aunque tuvo interpretaciones como las de Pugliese-Córdoba que le dieron fuerte respaldo.

Héctor Negro revalorizó la poesía tanguera, junto con Eladia Blázquez, Chico Novarro y otros autores, en aquellos momentos de bajón, y muchas veces he destacado los méritos de su pluma luminosa y cercana a los signos y designios de la gente común. Esos sueños y sustancias que los impulsan. Los espasmos de épocas duras, los trajines cotidianos en busca del sustento y el futuro gris, lejano. Mantener viva la llama de la rebeldía y sostenerse en el ser cada nuevo día, es el mandato que se exige el poeta en este tango.


Yo soy bien de abajo y anduve a los tumbos
cuerpeando la mala y al fin le gané.
Me pesó en el lomo conservar el rumbo.
Me costó mis golpes, pero no aflojé.
Peleé por la luz que quisieron robarme
y si perdí cosas, salvé lo mejor.
Hoy tengo el orgullo de no doblegarme.
de saber que nadie me vende un buzón.


El verso ha presentado a la persona que nació en la humildad de la casa proletaria y ha peleado para encajar su lugar en el mundo. Un tema que da para mucho y que tantos hemos vivido, inmerso en el paisaje blanco y negro de la tristeza, por tantas cosas... El peaje a pagar es alto, aunque el amor propio es una apuesta íntima que permite al protagonista salir adelante en su duro combate, con las peripecias de la lucha diaria.


Por eso mi tango nació retobado 
porque me he cansado de ver aguantar.
Cuando creo en alguien,
me pongo a su lado
y si estoy jugado
no me vuelvo atrás.
Y si es que mi vida
la llevo a los saltos.
Tengo tango asfalto
que caigo parao.



Soy sangre rebelde, muchacho de abajo,
yo creo en mis brazos, en lo que ellos dan.
Y del lado izquierdo me caigo a pedazos,
cuando unos ojazos me miran de más.
Mi barrio y mi gente escuchan mi credo,
que a los barquinazos aprendí a cantar.
como un canto arisco, donde el sol que muerdo
calienta mis labios para protestar.


Sí, es una radiografía de la persona que ha conseguido sobrevivir a la adversidad y la memoria va destapando las zancadillas que sortea el personaje. La infancia mal vivida, los zarpazos soportados, el caminar siempre por abajo han forjado al hombre y una mirada femenina le sirve de caricia a tanta lucha por sobrevivir. Hermoso poema al que Penón le puso la música adecuada y que hoy retorna en esta página tanguera.

José María Otero en "Tangos al bardo"

Ahora, podemos escucharlo en la voz de ABEL CÓRDOBA acompañado por la orquesta de OSVALDO PUGLIESE, en la grabación realizada en junio de 1967. También de manos del gran bandoneonista y cantor RUBÉN JUÁREZ al que acompaña la orquesta dirigida por José Ogivieki en su genial interpretación. También les dejo una hermosa versión en vivo de CARLOS VARELA acompañado a la viola por Tony Gallo.


Abel Córdoba y Osvaldo Pugliese




Rubén Juárez




Carlos Varela




jueves, 6 de diciembre de 2018

268 - LA YUMBA - (Osvaldo Pugliese / Osvaldo Pugliese y Astor Piazzola)

LA YUMBA es un tango creado por Osvaldo Pugliese en 1946.

El término yumba (zhoóm-ba), pese a provenir de una voz aborigen, no fue escogido por Pugliese debido a su etimología sino por su onomatopéyica similitud con el toque de un bandoneón y su resultante mezcla con demás sonidos desarrollados por una orquesta.

Cuando Osvaldo Pugliese creó en 1943 La yumba, rompió con las fórmulas tradicionales. Hizo un dibujo breve de dos compases -uno débil y uno muy fuerte-, y los fue desplegando con intercalaciones melódicas y pasajes lentos, contrapunteados, en un clima obstinadamente rítmico.

Con La yumba apuntó lo que sería su estilo. Una modalidad inspirada en el espejo de Julio De Caro, pero agregándole su propia fórmula. Golpeando en el primero y tercer tiempo de cada compás, con una gran marcación rítmica y unos arrastres que lo caracterizaron, fue el que mantuvo una línea permanente y evolutiva , basado en los arreglos que hacían sus propios músicos y él mismo. Trabajando cada tema hasta el agotamiento, para lograr unos resultados que a veces nos llevan a volar por las nubes. Pero no es fácil bailar Pugliese. Los bailarines mecánicos que hacen todo igual, jamás entenderán su música. Los más sabios lo disfrutan a tope.

"La yumba" fue tocado por el mismo Pugliese junto a su orquesta en el Teatro Colón de Buenos Aires el 26 de diciembre de 1985 en ocasión del 80° aniversario del músico, convirtiéndose así en uno de los primeros tangos ejecutados en el famoso teatro de música clásica.

Les voy a dejar, en primer lugar, la versión en vivo anteriormente referida y que fuera interpretada por OSVALDO PULIESE y su orquesta en el Teatro Colón. También les dejo la memorable interpretación del propio Pugliese, en esta ocasión junto a ASTOR PIAZZOLA EN EL Teatro Garre DE Amsterdam en 1989, grabaciones que debo agradecer al canal de You Tube ElCachafaz09.


Osvaldo Pugliese




Osvaldo Pugliese y Astor Piazzola



martes, 4 de diciembre de 2018

266 - Y NO LE ERRÉ - (José Basso y Alfredo Belusi / Osvaldo Pugliese y Ricardo Medina / Enrique Dumas y Alberto di Paulo)

Y NO LE ERRÉ es un tango cuya letra pertenece a Abel Aznar en tanto que la música es de Carlos Olmedo, que fue grabado por José Basso en la voz de Alfredo Belusi el 21 de julio de 1959 y por Osvaldo Pugliese con la voz de Ricardo Medina el 24 de julio del mismo año, ambos para el sello Odeón.

Como en el tango "Lo que vos te merecés", la letra de "Y le no erré" se refiere a la mujer que abandonó al hombre en busca de la riqueza o felicidad que no tenía a su lado, pero que en algún momento debe regresar.

Manuel Adet después de señalar que las letras de Aznar son recias, viriles, sobrias y muy bien escritas y que la poética de sus tangos se encuentra en el linde con el machismo, agrega que varias de ellas contienen la mítica situación del regreso de la mujer que, seducida por la perspectiva de alcanzar otra vida con riqueza o felicidad había abandonado a su hombre y dice respecto de Y no le erré:

”…. el hombre recibe a la mujer con algo de satisfacción y de amargura. “Hoy tengo el gusto de verte volver como yo quería”, le dice, para luego rematar: “Que el día menos pensado, como una cosa resuelta, ibas a pegar la vuelta, sin grupo ...y no le erré”. La última estrofa es muy buena. “¡Te lo juro! Tuve ganas de vengarme, mi amor propio no entendía otra razón, fue un momento, pero pude serenarme y me dije bien tranquilo... ¡Necesita un tropezón!, necesita que la engrupan y que un día, se dé cuenta que vivió en un folletín, que se encuentre sin cariño y en la vía, pa que entienda que todo esto no fue más que un berretín”. Las dudas, el dolor disimulado por la supuesta revancha, la certeza del amor recuperado, todo ello visto desde el lugar de un héroe tanguero, es lo que le otorga a estos poemas belleza y perdurabilidad. Puede que en la letra el machismo esté presente, en algunos casos de manera visible, pero lo que lo disculpa, lo atenúa y en todo caso lo justifica, es la capacidad del hombre para amar. Machista, guapo, perdedor, tal vez algo anacrónico, el personaje sólo se salva gracias a su capacidad de amar.”.

Escuchemos las dos versiones anteriormente citadas. En primer lugar la de JOSE BASSO y ALFREDO BELUSI y en segundo, la grabada en 1959, de OSVALDO PUGLIESE con la voz de RICARDO MEDINA. Por último les dejo la versión de ENRIQUE DUMAS, acomañado por la orquesta de ALBERTO DI PAULO.

Disfrutenlo!


José Basso y Alfredo Belusi




Osvaldo Pugliese y Ricardo Medina




Enrique Dumas y Alberto di Paulo

lunes, 26 de noviembre de 2018

261 - RECUERDO - (Osvaldo Pugliese / Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel / Julio de Caro / Rosita Montemar)

RECUERDO es un tango cuya letra pertenece a Eduardo Moreno en tanto que la música es de Osvaldo Pugliese. Fue publicado en 1924 y lo estrenó el cuarteto del bandoneonista Juan Fava, en el café Mitre de Villa Crespo. La primera grabación es del 9 de diciembre de 1926 por la orquesta de Julio De Caro, solo instrumental, y del año siguiente es la primera grabación cantada, en la voz de Rosita Montemar acompañada por músicos del sello RCA Victor.

Si en 1914 Alma de bohemio de Roberto Firpo marcó un hito en el desarrollo del género y por la originalidad de su estructura melódica y por la compleja densidad de su música preanuncia la aparición del tango más elaborado, del tango moderno, puede decirse que una década después Recuerdo es otro punto de inflexión en el desarrollo de la creación tanguera. Para muchos, el mejor tango que hubo, no sólo por sus atractivos estéticos si no también, porque abrió nuevas perspectivas en la composición.

Desde siempre su autoría ha suscitado una gran polémica. En 1924 el tango se editó mencionando solamente que la música es de Adolfo Pugliese. Recién meses después se editó con la letra de Eduardo Moreno. Algunas opiniones respaldan la autoría de Osvaldo Pugliese y dan explicaciones sobre la firma del tango por su padre. Así Luis Adolfo Sierra dice que fue una precaución del editor y del padre de Osvaldo Pugliese, dado la minoría de edad de éste —19 años— en una época en que no estaba todavía legislada específicamente la protección de los derechos intelectuales. (La historia del tango, volumen 14, editorial Corregidor) Coincide el coleccionista Osvaldo Firpo, quien agrega que tiempo después padre e hijo registraron definitivamente el tango en la Sociedad de Aurores a nombre de su creador. También coinciden Roberto Selles, Oscar del Priore e Irene Amuchástegui, que creen que hubo un factor económico: Pugliese se lo cedió al padre que estaba en apuros de esa índole. (Cien tangos fundamentales, de Oscar del Priore e Irene Amuchástegui, editorial Aguilar.) Horacio Ferrer dice que por su estructura, calidad y estilo la obra es de Pugliese y es irrelevante el motivo por el cual lo registró el padre.

Otros opinan diferente. El coleccionista Bruno Cespi rechaza el argumento de la minoridad de Pugliese porque tres partituras anteriores, Primera categoría, Carlitos y El frenopático (1922-1923), fueron editadas a nombre de Osvaldo Pugliese. Concuerda con él Héctor Lucci, quien agrega que también en los discos de las grabaciones de Recuerdo por Julio De Caro (1926), Rosita Montemar (1927), orquesta Bianco-Bachicha (1928), Orquesta Típica Victor, con la voz de Roberto Díaz (1928) y Ricardo Tanturi (1942) figura “A Pugliese” como autor.

Retrato de Rosa Montemar. Rosa Montemar, primera cancionista que grabó el tango Recuerdos.
Otros opinan diferente. El coleccionista Bruno Cespi rechaza el argumento de la minoridad de Pugliese porque tres partituras anteriores, Primera categoría, Carlitos y El frenopático (1922-1923), fueron editadas a nombre de Osvaldo Pugliese. Concuerda con él Héctor Lucci, quien agrega que también en los discos de las grabaciones de Recuerdo por Julio De Caro (1926), Rosita Montemar (1927), orquesta Bianco-Bachicha (1928), Orquesta Típica Victor, con la voz de Roberto Díaz (1928) y Ricardo Tanturi (1942) figura “A Pugliese” como autor.

Néstor Pinsón, dice que el tango es del hermano, Vicente Salvador Pugliese, violinista a quien llamaban Fito quien tenía mala relación con su padre y un día se fue al sur del país abandonando el pentagrama de su obra. Atribuye la versión a un gran bandoneonista y director cuya identidad preserva, y que coincide con la que da el autor de la letra, Eduardo Moreno.

Monumento y Plazoleta a Osvaldo Pugliese, en Villa Crespo, a pocos metros del lugar donde naciera.
Según la misma fuente no individualizada, la famosa variación final, la que le da ese toque magistral a la obra tampoco sería de Osvaldo sino que se trataría de un agregado en ocasión de incorporarse la letra de autoría del bandoneonista Enrique Pollet, El Francés (1901-1973), en colaboración con Eduardo Moreno.

En la partitura del tango Ausencia de 1931, figura como compositor Osvaldo Pugliese pero con el agregado de A. Pugliese.

El maestro Pugliese explicó en reportajes cómo fue concibiendo la melodía en los viajes del tranvía y que el título que inicialmente fue “Recuerdo para mis amigos” lo acorta al editarlo y le agregó el subtítulo “A mis amigos”, en homenaje a la barra del café La Cueva del Chancho o De la chancha, como le decían los muchachos. También confirmó que se lo dio a su padre para ayudarlo.

José María Otero en su blog "Tangos al bardo" nos cuenta que "Pugliese, a sus 19 años, compuso el tango que para muchos es el mejor de la historia: Recuerdo. Debió registrarlo a nombre de su padre, por ser menor de edad. Evidentemente, es muy difícil establecer comparaciones en ese sentido, pero las calidades de Recuerdo, son muy evidentes e incluso avanzadas para la época. La versión de Horacio Salgán con su orquesta vigorizó a esta excepcional pieza, que Pugliese terminó años después, agregándole las variaciones del final. Don Osvaldo invitaría al poeta, escritor, periodista, Eduardo Moreno, a escuchar el tema en su casa con la posibilidades de agregarle versos al mismo. Moreno era amigo de su hermano Vicente, violinista, conocido familiarmente como Fito. Incluso del otro hermano, el también violinista Alberto, con quien compusiera el vals Rosas olvidadas".

Aquí, en primer lugar, les voy a dejar la versión instrumental de 1944, interpretada por la orquesta de OSVALDO PUGLIESE, para seguidamente dejarles seguidamente la grabada por el mismo músico en 1966, pero esta vez acompañado por el canto de JORGE MACIEL. Como no, dejarles la que fue la primera grabación de este tango por parte del Sexteto de JULIO DE CARO en 1926. Por último les dejo la ya mencionada versión de ROSITA MONTEMAR, de 1927.


Osvaldo Pugliese




Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel




Julio de Caro




Rosita Montemar


viernes, 23 de noviembre de 2018

257 - PASIONAL - (Miguel Caló y Juan Carlos Fabri / Alberto Morán y Osvaldo Pugliese / Rubén Juárez)

PASIONAL es un tango creado en 1951 cuya letra pertenece a Mario Soto en tanto que la música es del bandoneonista Jorge Caldara, que fue grabado por distintas orquestas.

Sobre el origen de sus letras, Mario Soto decía:

”…son escenas del tango. Las que vemos todas las noches. Simplemente hay que prestarles un poquito de atención y contarlas. En verso o chimentándolo con un amigo que está contigo en ese momento. La pista, la penumbra hablan... están llenas de hechos, de diálogos, tristezas, momentos felices...¡El amor!...”

La letra está referida al amor en grado de pasión por una mujer que describe el protagonista:

”No sabrás... nunca sabrás...
lo que es morir mil veces de ansiedad...
No podrás nunca entender
lo que es amar y enloquecer...”


Dice José María Otero de Pasional:

”…uno de los tangos paradigmáticos del repertorio popular. Esta obra también significó un paso trascendental para el cantor Alberto Morán, instalándose como uno de los tangos románticos más requerido por el público. El dramatismo de sus versos y la genial interpretación de Morán, resultaron una fórmula perfecta.

Este tango fue grabado, entre otros, por Juan Carlos Baglietto, Juan Carlos Fabri con la Orquesta Miguel Caló el 23 de mayo de 1951 para Odeon, Oscar Larroca con la Orquesta Alfredo De Angelis el 5 de noviembre de 1951, Aníbal Jaule con la Orquesta Domingo Moles en 1985, Rubén Juárez con la Orquesta Armando Pontier el 6 de diciembre de 1973, Alberto Morán con la Orquesta Osvaldo Pugliese el 24 de noviembre de 1952 para Odeon, en 1955 con Armando Cupo y en 1986, con el acompañamiento de la orquesta de Alberto Di Paulo, por Mario Demarco con Raúl Quiroz en el sello Pathé entre 1951 y 1953 y Mónica Navarro con el acompañamiento del guitarrista Luis Apotheloz en 2005 en Montevideo.

De todas ellas, he elegido tres para que ustedes puedan escuchar y comparar. Son las de MIGUEL CALÓ y JUAN CARLOS FABRI, la de ALBERTO MORÁN y OSVALDO PUGLIESE y la más moderna, en una grabación audiovisual en vivo de 1986, por parte de RUBÉN JUÁREZ.


Miguel Caló y Juan Carlos Fabri




Osvaldo Pugliese y Alberto Morán




Rubén Juárez

sábado, 3 de noviembre de 2018

241 - BUEN AMIGO - (Julio de Caro / Aníbal Troilo / Osvaldo Pugliese / Julio de Caro y Agustín Volpe)

BUEN AMIGO es un tango cuya letra pertenece a Carlos Marambio Catán en tanto que la música es de Julio de Caro. Fue grabado por 12 de mayo de 1925 por el Sexteto Julio De Caro para RCA Victor y, posteriormente, por otros artistas. El autor dedicó la obra al eminente cirujano Enrique Finochietto.

Una noche del año 1924 estaban cenando el citado cirujano Enrique Finochietto con el doctor Pedro Chutro y con Florencio Lezica en el suntuoso cabaré Chantecler cuando el director de la orquesta Julio De Caro bajó del escenario y, violín en mano, se acercó lenta y respetuosamente a la mesa y, dirigiéndose a Finochietto, señalando con el arco hacia uno de los mozos, le dice —Doctor Finochietto, a aquel mozo que usted ve triste y llorando, le han dicho que su mujer se morirá esta noche por una enfermedad grave del abdomen. —No se aflija, amigo —respondió el médico, que dejó los cubiertos y dijo: “Vamos a ver a esa señora.” Esa misma noche, casi de madrugada, hizo el diagnóstico y la intervención quirúrgica que se requería para salvar a la paciente, haciéndose cargo de todos los gastos. A la noche siguiente se enteró De Caro y al volver a su casa después de la actuación, conmocionado todavía por el episodio, escribió el tango de un tirón y en agradecimiento al cirujano, se lo dedicó con el nombre de "Buen amigo".

De Caro en sus memorias da una versión ligeramente diferente del hecho, indicando como esposo de la paciente no ya a un mozo del cabaré sino a un amigo al que identifica como “Tito”. La versión de Pedro Maffia, que era bandoneonista de la orquesta, también varía en algo. Dice que De Caro llegó a la tarde con el tango inconcluso, por lo que le agregó al principio un fragmento de la zamba Mi manta pampa, de Guillermo Barbieri y lo unió al resto con la melodía del tango Shusheta de Juan Carlos Cobián. Lo estrenó de inmediato en el Chantecler, debió repetirlo varias veces a pedido del público y cuando esa noche llegó Finochietto el director pudo dedicárselo personalmente. Amuchástegui y Del Priore informan que no obstante la historia narrada, en partituras posteriores el tango apareció dedicado “a Sebastián Lezica”.

Cuando el príncipe de Gales, más adelante Eduardo de Windsor, viajó por primera vez a Buenos Aires en el invierno de 1926, se entusiasmó con la orquesta de Julio De Caro y con "Buen amigo" en particular y al regresar a su país se llevó la pieza impresa en discos y en papel.

Además de la versión de su autor, JULIO DE CARO, acompañado de su sexteto y de 1925, les voy a dejar la de ANÍBAL TROILO y su orquesta que grabara el 11 de julio de 1946 para RCA Victor; la de OSVALDO PUGLIESE y su orquesta, grabada el 26 de marzo de 1958 para Odeon y por último, otra de JULIO DE CARO, pero esta vez cantada por AGUSTIN VOLPE y grabada en 1942.


Julio de Caro




Aníbal Troilo




Osvaldo Pugliese




Julio de Caro y Agustín Volpe



domingo, 28 de octubre de 2018

234 - LA TUPUNGATINA - (Carlos Gardel y José Razzano / Jorge Cafrune / Osvaldo Pugliese)

Tupungatina es el gentilicio de las nacidas en el pequeño poblado de Tupungato, ubicado, en la provincia de Mendoza. Una de las más importantes ciudades del valle de Uco. En esta provincia se encuentra el Volcán Tupungato (voz huarpe: “mirador de estrellas“), en la Cordillera de los Andes, en la frontera de la Argentina y Chile. Con su gran altura se gana el privilegio de ser uno de los más altos de Sudamérica.

Y sobre este tema compuso, en 1921, el cordobés Cristino Tapia, lo que en principio sería una tonada para después hacer su conversión al tango. La primera versión la grabó en 1921 el dúo de Gardel y Razzano. Tapia tuvo una estrecha amistad con ambos y fue un fecundo creador de canciones criollas y Gardel le grabó nada menos que 14, varias de ellas a dúo con Razzano. Tapia, incluso le enseñó a colocar la voz a Gardel -de quien fue gran amigo-, en el dúo. En esta ocasión, LA TUPUNGATINA fue grabada en tiempo de zamba con las guitarras de Ricardo y Barbieri. Jorge Cafrune fue otro de los tantos que registrarían esta tonada.

Lo más curioso es que con el nombre de “Cabeza de hacha”, a mediados de los 50, el torero cantor Noel Petro la popularizó como salsa en Venezuela., conservando la letra de Tapia. Tuvo tanto éxito que numerosos conjuntos colombianos y venezolanos, incluído Ruben Blades en los 80, la incluyeron como salsa en su repertorio, movilizando increíblemente a los bailarines. Incluso con el nombre de Martirio se toca en ritmo de vals.

Por su parte, Osvaldo Pugliese escribe una carta a su novia (luego esposa y madre de Beba) el 6 de noviembre de 1934: “Mi vieja, ¿sabés que están tocando en la radio? Claro que si no te lo digo no lo vas a saber. ¿Te acordás de aquella zamba que me trajiste, llamada La Tupungatina, que tocaste en casa? Bueno, la estoy escuchando por la radio y recuerdo que cuando interpretaste la música y expresaste la letra me hiciste llorar. Recordé lo que le había pasado a Tapia con su hijo. Ahora también me emociono”…

En 1952 Pugliese seguía con esa tonada en la cabeza y le dijo a su bandoneonista y arreglador Roberto Héctor Peppe (que había reemplazado a Jorge Caldara) si se animaba a realizar el arreglo de La Tupungatina en tiempo de tango. Peppe fallecería trágicamente en Mar del Plata en noviembre del 55 y recuerdo perfectamente la noche que actuó Pugliese en Huracán y por el micrófono dieron la terrible noticia. Pero antes, el autor de El refrán, trabajó arduamente en la adaptación y Pugliese culminó la obra, grabándola magistralmente para la posteridad el 27 de junio de 1952.

Escuchemos algunas de las versiones citadas, empezando por la de CARLOS GARDEL Y JOSÉ RAZZANO para continuar con una versión preciosa: la del gran folklorista JORGE CAFRUNE y acabaremos con la versión tanguera de OSVALDO PUGLIESE.



Carlos Gardel y José Razzano




Jorge Cafrune




Osvaldo Pugliese

sábado, 20 de octubre de 2018

226 - EL PAÑUELITO - (Juan de Dios Filiberto y Patrocinio Díaz / Libertad Lamarque / Osvaldo Pugliese y Jorge Valdez)

“Sólo está muerto lo que está olvidado. Si a la memoria de Juan de Dios Filiberto (1885-1964) no le bastara, para perdurar, su transmisible herencia de melodías populares, su muerte ya pertenece, por razón de fecha, al culto tradicional de las conmemoraciones”, nos recuerda el ilimitado poeta y tangófilo Francisco García Jiménez a través de su didáctico ensayo titulado Así nacieron los tangos, Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 1980. Porque, en efecto, el inefable músico del ‘Riachuelo’ del barrio de La Boca, expiró un 11 de noviembre, onomástica de San Martín de Tours, aquel soldado que más tarde consagró su vida a la Iglesia. El mismo que mil doscientos años después habría de resultar “patrono de Buenos Aires” en sorteo llevado a término por Don Juan de Garay y sus huestes. Como curiosidad, conviene evocar que, tras dos veces electa y rechazada la cédula del santo francés, sale por tercera vez y es, al fin, aceptada. ¿Quién se atrevería a negar que el santo patrono sentó a su diestra –por derecho propio– al humilde artífice de la “canción porteña”, nuestro bienamado Juan de Dios?

Juan de Dios Filiberto, apenas iniciada su juventud, fue lustrabotas, mandadero, metalúrgico, estibador… Chiflando y tarareando motivos, hacia el final de la década de 1900, se decidió por la música, entre solfeos y violines y armonías de teclados. Una noche de 1914, con su violín, formó un trío con su bandoneonista y un pianista en un café de la esquina de Patricios y Olavarría. En 1915 compone su primer tango: Guaymallén. Y luego Cura segura.

Llegado 1916, Juan de Dios se siente seducido por el armonio y empieza a buscar aquellas hebras melódicas en el instrumento grave, solemne y sin énfasis. Su inspiración alcanzará esas suaves cadencias que concede al bandoneón del tango. Y por su querido barrio boquense y alrededor de ‘Vuelta de Rocha’, sale a regalar sus serenatas. Estamos en 1917. Su amigo Facio Hebequer escribe una letrilla con el título La planchadorcita. A Juan de Dios no le agrada ni letra ni título. Transcurridos tres años, se relaciona con el poeta Gabino Coria Peñaloza –nacido en 1889 y fallecido en 1975– y la pieza cristaliza, ay, en EL PAÑUELITO, con estrofas de perfumada melancolía amorosa;

“El pañuelito blanco
que te ofrecí, 
bordado con mi pelo
fue para ti;
lo has despreciado,
y en llanto empapado
lo tengo ante mí…”.

De aquella primeriza idea tan sólo permaneció el grado “diminutivo” en “ito” del sustantivo “pañuelo”. Después, sería una característica de la producción de Filiberto: El besito, El ramito, el célebre Caminito, La cartita, La tacuarita… Pues bien, en 1920 se publicó El pañuelito, de insólita popularidad, el cual cruzó fronteras y surcó los mares. Con los acordes de este tango hizo el féretro de Filiberto –el jueves 12 de noviembre de 1964– el primer trecho del adiós a la ‘Vuelta de Rocha’, desde su casa de la calle Magallanes hasta la “cortada” de la calle Caminito:

“Triste cantaba un ave,
mi dulce bien,
cuando me abandonaste
no sé por quién…”.

A modo de anécdota, cuenta Francisco García Jiménez en su libro que tanta era la popularidad de Filiberto que, una vez en el ‘Teatro Avenida’ aparcó su flamante ‘Studebaker’ delante del edificio en plena Avenida de Mayo. El fornido vigilante, al reconocerlo, se volvió a su garita: “¡Pero… era usté máistro…!”.

Isaac Otero

Les voy a dejar tres maravillosas versiones de este tango y en primer lugar, como no podría ser de otra manera, les ofrezco la de la orquesta de su propio autor, JUAN DE DIOS FILIBERTO y su orquesta, a la que pone voz PATROCINIO DÍAZ. Continuaremos por la versión que grabara en 1929, LIBERTAD LAMARQUE. Por último, creo que no puede faltal la versión de OSVALDO PUGLIESE a la que pone voz JORGE MACIEL, simplemente majestuosa.

Disfruten...


Juan de Dios Filiberto y Patrocinio Díaz 




Libertad Lamarque




Osvaldo Pugliese y Jorge Valdez



miércoles, 17 de octubre de 2018

222 - YUYO VERDE - (Aníbal Troilo y Floreal Ruiz / Osvaldo Pugliese y Alberto Morán / Roberto Goyeneche / Carlos Montero)

Este tango de Homero Expósito y Domingo Federico, me atrapó de chico. Lo cantaba en el patio, mientra lavaba ropa u otros objetos, una vecina de muy buena voz. Y yo me detenía en cada párrafo mentalmente. Para colmo era verano, todo el espacio abierto al cielo en aquellas casas y los versos musicalizados y muy bien interpretados por la muchacha, reflejaban maravillosamente aquel estío juvenil que vivíamos.

Íbamos perdidos de la mano
bajo un cielo de verano
soñando en vano...

Homero fue uno de los más grandes poetas que tuvo el tango. No necesitó de recetas fáciles para ganarse el corazón de los tangueros. Su lenguaje original, sus formas nuevas, diferentes, convencieron a los escépticos y sus temas ganaron la calle con la velocidad de la pólvora.

Y aquella imagen de YUYO VERDE cantado por la vecina, en una tardecita de verano, me quedó guardada en mi alma. Luego lo escucharía por la orquesta de Domingo Federico, cantando Carlos Vidal, Por Troilo con Floreal Ruiz, por Pugliese con el flaco Morán, Caló-Rufino, Goyeneche-Piazzolla; Roberto Mancini, Biagi-Ortiz, Tania, Lidia Borda.... y me sigue gustado a morir y trayendo recuerdos de aquellos veranos infantiles en que terminábamos corriendo en la calle de nochecita. Y rondábamos a las primeras chicas del barrio con aquella inocencia temprana.

Su hermano Virgilio, que compuso muchos temas de éxito con Homero, recordaba de donde les venía la vena musical.
-Estudiábamos juntos, él para el Nacional, yo para los deberes de la primaria. Después hablábamos de música, nos sabíamos todas las canciones... ya teníamos la música adentro, en la sangre. Claro que también nos venía de la familia. Mis tíos eran violeros de milonga y por eso siempre había algún músico de visita en casa de mi abuela italiana. Eran todos tanos, y ese contexto nos venía por ahí. El resto nos venía por nuestro padre que, como todo anarquista, era un señor que se ocupaba de todo lo que pasaba en la cultura.

Y también explicaría el porqué de estas letras de su hermano poeta, que parecen transportar su espíritu, la emoción y esas puntadas del dolor. Tan profunda ha sido la influencia de aquel episodio de amor juvenil, que lo dejaría testimoniado en temas imperecederos.

-Era un poeta limpio, aunque en sus letras siempre hay alguna cosa fatal, algo que nunca se le dió. En la quiniela de la vida hay un número que nunca le cantaron, que nunca se le dió. Cuando era muy joven hubo una novia que no lo quiso. Él estaba muy enamorado en aquel entonces y es posible que su obra a través de tantos años, haya sido sobre ese problema.

Un farol, un portón
-igual que en un tango-
y los dos perdidos de la mano
bajo el cielo de verano
que partió...

Frases intimistas y simbolistas. El eco del sonido de su música y de su vida. En cada párrafo vuelca tensión y drama de juventud con la difusa nostalgia de los años transcurridos en su pueblo de Zárate. Tan profunda ha sido su llaga que los versos nos llegan con toda su influencia, al escuchar temas como el que hoy me sumerjo en el blog. Así se fue gestando ese duende omnisciente.

Déjame que llore crudamente
con el llanto viejo del adiós...
Adónde el callejón se pierde
brotó ese yuyo verde
del perdón...
Déjame que llore y te recuerde
-trenzas que me anudan al portón-,
de tu país ya no se vuelve
ni con el yuyo verde
del perdón...

La poética de la escasez que fue el germen de Homero Expósito, creó estas piezas de enorme singularidad y su larga sombra redundó en la génesis de los nuevos poetas del tango. El drama del desamor juvenil, parece acompasar cada palabra. En un festival de tango, al que fui invitado para disertar sobre la poesía del tango, recité algunos temas del zarateño. Y vi incluso caer algunas lágrimas en los rostros de asistentes al acto. No era precisamente por mí, sino por las frases poéticas que persiguen la evanescencia del tiempo, su rebobinarse y romperse...

¿Dónde estás, dónde estás,
adónde te has ido?...
¿Dónde están las plumas de mi nido,
la emoción de haber vivido
y aquel cariño?...
Un farol, un portón
-igual que en un tango-
y este llanto mío entre mis manos
y ese cielo de verano
que partió.

Vale la pena aclarar que yuyo es una palabra quechua que sirve para designar plantas o malezas silvestres, y que es de uso común en Argentina.

Voy con dos versiones de un tango que me sigue llegando muy adentro, mezclado con tantos recuerdos juveniles y veranos de aventurillas amorosas, pasajeras, pero emocionantes. ANÍBAL TROILO con FLOREAL RUIZ, lo grabó en pleno estío, el 28 de febrero de 1945. OSVALDO PUGLIESE, cantando ALBERTO MORÁN, también lo registró en disco aquel verano del 45, el 25 de enero. ¿Los escuchamos?

José María Otero en "Tangos al bardo"

Y además, ya en este caso soy yo quien les propone escuchar otras dos versiones, para mi, extraordinarias como lo son la del "Polaco" ROBERTO GOYENECHE y la del estupendo cantor afincado en España, CARLOS MONTERO.


Aníbal Troilo y Floreal Ruiz




Osvaldo Pugliese y Alberto Morán




Roberto Goyeneche y Néstor Marconi




Carlos Montero

jueves, 4 de octubre de 2018

210 - CASCABELITO - (Ada Falcón y Francisco Canaro / Carlos di Sarli y Roberto Rufino / Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel)

Este tango de lunga fama e interminable suceso, nació allá por el año 1923, cuando el alemán-chileno-argentino José Bohr (Yopes Elzer Böhr), lo creó como regalo a un español que tenía un negocio millonario en Punta Arenas (sur de Chile). Lo tituló entonces Feria franca.

Una serie de casualidades influyeron en la deriva de este tango. Bohr fue un personaje multifacético que tanto podía ser director de cine (¡de aquel incipiente cine!), actor, pianista, cantor, compositor, artista múltiple, charlista, inventor de un instrumento musical, el serrucho, que fue asombroso en su momento. Por sobre todas las cosas, Bohr fue un aventurero que solicitó y obtuvo la ciudadanía argentina cuando se afincó en el país en 1921 y logró dos éxitos fenomenales: el camel-trot Tut-Ankh-Amón, que grabaría la orquesta de Francisco Canaro con un resultado espectacular en la venta de discos, y enseguida, CASCABELITO.

Francisco Lomuto, que se había empleado en la casa de música Castiglioni, como encargado de tocar al piano las piezas de moda, con el fin de atraer clientes para vender estos instrumentos, partituras, discos y demás, consiguió una plaza en el vapor Cap Polonio, que hacía viajes llevando turistas desde Brasil al sur de Argentina. Formó un sexteto para ello y le cedió su plaza a Bohr en la casa de música.

Allí este artista multifacético, además de tocar diversos temas que iban saliendo al mercado, ejecutaba diariamente estas dos composiciones suyas, que lograron gran repercusión de los oyentes que se paraban a escucharlo. Ya se había hecho un nombre con el éxito de Tut-Ankh-Amón, que Gardel también grabó en 1924 con el acompañamiento de las guitarras de Ricardo y Barbieri. La letra le pertenece a Cancio Millán.

La editorial Perroti sacá a la venta la partitura de Cascabelito, con su título inicial: Feria franca. El poeta y sainetero Juan Andrés Caruso, que visitaba seguido la Casa Castiglioni, ya que era amigo de los dueños, escuchó este tema y le propuso a Bohr, ponerle versos. Caruso había cosechado fama con sus creaciones y el autor de la música, ni lo dudó, le dió el sí rápidamente.

Entonces Caruso, pensando en los próximos carnavales decidió crearle una letra relacionada con los mismos, que entonces representaban una fiesta maravillosa y popular, lo tituló Cascabelito y los versos se remiten precisamente a las mascaritas con que se disfrazaba la muchachada. Fue lanzado en los carnavales de 1924, y el intrépido Bohr, con un armonio portátil que le cedió la empresa y montado en un mateo, fue tocando su pieza por cuantos desfiles y palcos se montaron en Buenos Aires.

Al día siguiente comenzaron a venderse partituras del mismo en cantidad importantes y Francisco Canaro, siempre visionario, lo llevaría al disco de inmediato en forma instrumental. Enterado Gardel del suceso, y luego del éxito de Tut-Ankh-Amon, lo llamó a la Casa Castiglioni y a continuación de la sanata inicial divertida que caracterizaba al Morocho, fue al grano.
-Pibe, me dijeron que sacaste un tangazo romántico que tiene que ver con el carnaval.
-Sí, Cascabelito - respondió Bohr.
-¿Porque no te venís con el pianito, nos lo pasás a mí y a los muchachos, lo grabamos, la semana que viene está en la calle y será un flor de gol...

Efectivamente, fueron palabras proféticas. El tango que también cantaría Azucena Maizani en el Teatro logró la súbita aprobación popular que se mantiene hasta nuestros días. Gardel le grabaría a Bohr los tangos Cascabelito, Mía y Por el camino. Los foxtrots ¡Oh París, Pero hay una melena y el citado Tutankamón. Y el shimmy Los reyes del aire.

Bohr, nació en Bohn, Alemania, pasó su infancia en Turquía, donde su padre fue veterinario de caballerizas privadas y del zoológico que tenía en su Palacio el último sultán. En un reportaje que le realizara Viviana Gorbato en 1987, añadía que depués vivió duros tiempos en los que permaneció con su familia en Chile y se crió en Puerto Porvenir, del sur chileno, "entre 80 personas decentes y 100 prostitutas". En ese momento confesaba tener 86 años. Falleció finalmente en Oslo, capital de Noruega. En Punta Arenas es considerado "ciudadano ilustre".

José María Otero en "Tangos al bardo".

Les dejo tres versiones de este tango. La primera es la de ADA FALCON acompañada por la orquesta de FRANCISCO CANARO y que fue grabada el 17 de junio de 1930. A continuación la de CARLOS DI SARLI con ROBERTO RUFINO, del 6 de junio de 1941, para terminar con la de OSVALDO PUGLIESE con JORGE MACIEL, grabada en 1955.


Ada Falcón y Francisco Canaro




Carlos Di Sarli y Roberto Rufino




Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel

domingo, 25 de febrero de 2018

203 - CHIQUÉ - (Aníbal Troilo / Osvaldo Pugliese / Francisco Canaro)

Chiqué es un tango cuya letra y música pertenecen a Ricardo Luis Brignolo que se estrenó en 1920. La letra la firmó Brignolo con el seudónimo de Ricardo C. de León.

Si bien la inmigración francesa a la Argentina no fue muy numerosa, algunos factores incidieron en las primeras décadas del siglo XX para la formación de vocablos del lunfardo originados en el francés: el ingreso al país de mujeres francesas para dedicarse a la prostitución y de hombres del mismo origen para la actividad del proxenetismo, el uso del francés dentro de esta actividad como lengua franca o argot profesional por personas de distinta nacionalidad, la internacionalización del tango y los viajes a Francia de frecuentadores de la noche porteña.

Uno de esos vocablos fue chiqué, tomado del argot du milieu (la jerga de los rufianes), una abreviación de las expresiones francesas chiquer contre, versión deformada de chiquer comte, que a su vez deriva de chiquer comtois, todas con el significado de “mentir y simular” y, por extensión, engañar con falsas apariencias. Chiquer también significa mascar tabaco; Jean Lacassagne y Pierre Devaux dicen en su libro L’argot du milieu que “El hecho de inflar una mejilla con la punta de la lengua como si se estuviera mascando tabaco indica que lo que se va a decir no debe tomarse en serio.

Héctor y Luis Bates dicen en La Historia del Tango que Brignolo escuchó la palabra chiqué de una bailarina y decidió emplearla en su tango, posterior a la época en que había actuado en academia de baile La Olla Popular, de la calle Sarmiento.

Por su parte, Francisco García Jiménez escribió:

“Tocando en la 'olla popular', Brignolo le oye esta expresión a una bailarina francesa, dicha con traslúcida intención a su compañero: -No hagás chíqué…. La francesita le aclaró el término a Brignolo, y a él le gustó para titular un tango que acababa de componer. Por las dos razones que me confió una vez con estas sinceras palabras: “Yo había volcado en la pieza un fantaseo que me parecía de muchas ínfulas para un bailable. Sonaba bien aquello, pero lo encontraba pretencioso. Y como para curarme en salud, le puse “Chiqué” de título.”

Del Priore afirma que se considera que en la versión definitiva de este tango intervinieron otras personas que se conjetura que podrían haber sido Juan Carlos Cobián y el “Alemán” Fritz, violoncelista cuyo apellido hoy se desconoce. Sigue diciendo que en un trabajo realizado por varios autores por el Instituto Nacional de Musicología se asegura que el tango "cobra su perfil definitivo cuando el alemán Fritz le agrega un inspirado contracanto".

Brignolo recién le incorporó la letra a este tango después de su estreno y la firmó con el seudónimo de Ricardo C. de León. Posteriormente hubo otra letra, compuesta por el periodista y autor teatral Juan Carlos Fernández Díaz, pero la difusión de la obra es predominantemente como instrumental.

A partir de 1943 dentro de una campaña iniciada por la dictadura de 1943 que obligó a suprimir el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez o expresiones que en forma arbitraria eran consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país. Fue así que en las grabaciones realizadas en esa época por Aníbal Troilo y por Osmar Maderna, Chiqué pasó a titularse El elegante.​ Las restricciones continuaron al asumir el gobierno constitucional el general Perón y en 1949 directivos de Sadaic le solicitaron al administrador de Correos y Telecomunicaciones en una entrevista que se las anularan, pero sin resultado. Obtuvieron entonces una audiencia con Perón, que se realizó el 25 de marzo de 1949, y el Presidente –que afirmó que ignoraba la existencia de esas directivas- las dejó sin efecto y Chiqué al igual que otros muchos tangos pudo volver a su nombre anterior.

En octubre de 1953 se aprobó la Ley de Radiodifusión n° 14 241 que no tenía previsiones sobre el uso del lenguaje popular en radio pero las restricciones en alguna medida continuaban, y motivó la denuncia de SADAIC en enero de 1950 a la irradiación de ciertos temas por Radio El Mundo; no obstante tal denuncia, en 1952 la propia entidad de los autores acordó con las autoridades una lista de canciones populares que por razones de buen gusto o decoro idiomático no debían pasarse por radio; en definitiva, SADAIC no cuestionaba la censura en sí misma sino quién la aplicaba. Sin embargo, por temor de los músicos algunas piezas, como el tango Al pie de la Santa Cruz y la Milonga del 900, siguieron ejecutándose con modificaciones en las partes a las que se podía asignar contenido político.

Les ofrezco, en primer lugar CHIQUE interpretado por el cuarteto de ANIBAL TROILO y grabado de el programa televisivo "Sabados de Tango". De diciembre de 1985 es la grabación del vídeo, realizada durante el concierto que diera OSVALDO PUGLIESE en el Teatro Colon de Buenos Aires. Por último la versión en audio de FRANCISCO CANARO, realizada en noviembre de 1929.


Aníbal Troilo




Osvaldo Pugliese




Francisco Canaro

miércoles, 9 de agosto de 2017

196 - JAMÁS LO VAS A SABER - (Oscar Alonso / Jorge Maciel / Alfredo Belusi / Alba Solís)

JAMÁS LO VAS A SABER es un tango cuya letra pertenece a Abel Aznar en tanto que la música es de Manuel Sucher, que fue registrado en SADAIC el 10 de octubre de 1966.

”Los tangos de Abel Aznar son más conocidos que él. Son tangos recios, viriles, sobrios y muy bien escritos. No hay tanguero que no los haya silbado o cantado en voz baja. Celebran la amistad, la hombría, los amores perdidos y las pequeñas e inútiles revanchas. Son tangos para hombres cuya poética se detiene justo en la línea que los separa del machismo. Los cantores emblemáticos de sus letras son varones de pinta brava y voz de guapo…. y, sobre todo, el gran Alfredo Belusi que, para alguno de sus seguidores, es el genuino y auténtico varón del tango. Belusi fue el hombre que incorporó a Aznar a su repertorio y, según los entendidos el que mejor los interpretó. “Lo que vos te merecés”, es un clásico. Lo interpretaron grandes cantores, pero nadie lo hizo como él. (Manuel Adet)

Entre otros registros, fue grabado por OSCAR ALONSO en la discográfica Odeon con acompañamiento de guitarras el 27 de diciembre de 1966; por JORGE MACIEL con la orquesta de Osvaldo Pugliese para Phillpis en octubre de 1966, por el ya mencionado ALFREDO BELUSI con la orquesta de José Basso para Music Hall y por ALBA SOLÍS con la orquesta del maestro Osvaldo Tarantino. Escuchemos estas cuatro versiones.


Oscar Alonso




Jorge Maciel y Osvaldo Pugliese




Alfredo Belusi y José Basso 




Alba Solís y Osvaldo Tarantino




martes, 8 de agosto de 2017

192 - MALA JUNTA - ( Julio Caro / Agustín Magaldi / Osvaldo Pugliese)

MALA JUNTA es un tango compuesto por Julio De Caro y Pedro Laurenz estrenado en 1927 y grabado por primera vez el 13 de septiembre de ese año por el sexteto de Julio De Caro del cual el coautor, el bandoneonista Pedro Laurenz era uno de los integrantes. La letra de Juan Velich es posterior y fue incorporada en la grabación de la pieza que hizo Agustín Magaldi en 1928 y luego modificada por su autor en 1943 para permitir su ejecución en radio dada la censura impuesta, pero el tango generalmente se ejecuta como instrumental.

Efectivamente, a partir de 1943 dentro de una campaña iniciada por la dictadura militar de 1943 que obligó a suprimir el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez o expresiones que en forma arbitraria eran consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país, así, por ejemplo, se prohibió la emisión por radio de Cafetín de Buenos Aires por su supuesto pesimismo y por la comparación entre el cafetín y la madre.

Las restricciones continuaron al asumir el gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón y en 1949 directivos de Sadaic le solicitaron al administrador de Correos y Telecomunicaciones en una entrevista que se las anularan, pero sin resultado. Obtuvieron entonces una audiencia con Perón, que se realizó el 25 de marzo de 1949, y el presidente –que afirmó que ignoraba la existencia de esas directivas- las dejó sin efecto.

En enero de 1950 SADAIC cuestionó a Radio El Mundo por aplicar criterios restrictivos sobre los temas de las canciones. En 1952 la entidad de los autores acordó con las autoridades una lista de canciones populares que por razones de buen gusto o decoro idiomático no debían pasarse por radio. Opina al respecto el escritor Oscar Conde que en definitiva, SADAIC no cuestionaba la censura en sí misma sino quién la aplicaba.

En octubre de 1953 se aprobó la Ley de Radiodifusión n° 14.241 que no tenía previsiones sobre el uso del lenguaje popular en radio pero las restricciones en alguna medida continuaron.

Debido a la censura, Velich modificó la letra -que aparte del título no contenía términos lunfardos- eliminando el tema de la mujer perdida para que se pudiera transmitir por radio. Así, por ejemplo, cambió los primeros versos que contenían el nombre del tango "Por tu mala junta te perdiste, nena/y nos causa tu extravío llanto, pena!..." convertidos en "Frente al tedio de las hondas brumas, alma/ya es en vano que yo espere dichas, calma!..."

Paul Whiteman, el famoso músico de jazz era artista de la Víctor, al igual que Julio de Caro y le gustaba mucho el tango que había tenido ocasión de escuchar cuando Juan Carlos Cobián estuvo en Estados Unidos. Al oír a De Caro en ocasión de que el mismo fuera a realizar grabaciones a los estudios de la Víctor le sugirió a la grabadora que le dejaran el violín-corneta con el que grababan concertistas clásicos que estaban reparando porque según su criterio tenía un concepto nuevo, moderno. La innovación consistía en que para aumentar el volumen del violín se le adhirió una corneta, de ahí su nombre, lo que aproxima el sonido instrumental a la voz humana, dotándolo un matiz nasal. Cuando el representante de la empresa viajó a Buenos Aires le llevó el violín a De Caro, ofreciéndole que el precio lo fuera descontando de los derechos a cobrar. El músico al comienzo no quiso usarlo pero luego lo aceptó y si bien le costó adaptarse al mismo, finalmente fue bien aprovechada para darle una especial sonoridad a la orquesta, llegándose a conocerlo como el "violín-corneta de Julio de Caro". En la versión grabada por De Caro en 1927 se escucha con claridad la presencia de este instrumento.

Entre las grabaciones realizadas se encuentran las de José Basso del 21 de abril de 1961, Osvaldo Pugliese el 27 de agosto de 1943, Pedro Laurenz el 16 de enero de 1947, todas ellas instrumentales, las de Horacio Salgán, Atilio Stampone, Antonio Agri y su conjunto y Cuarteto Pirincho. Ernesto Baffa lo grabó en 4 oportunidades y Osvaldo Requena hizo una recreación al grabarlo con la Orquesta Típica Decareana.

Vamos a escuchar en primer lugar la más antigua, la de su autor JULIO DE CARO y su sexteto que data de 1927. Continuaremos escuchando la primera versión cantada y que lo fue por AGUSTÍN MAGALDI para terminar con una memorable versión en vídeo de OSVALDO PUGLIESE junto a su excepcional orquesta entre la que figura el cuarteto de bandoneonistas Arturo Penón, Daniel Binelli, Roberto Alvarez y Alejandro Prevignano y los violinista Osvaldo Monterde, Raúl Domínguez y Julio Peressini.


Julio de Caro




AgustÍn Magaldi




Osvaldo Pugliese

sábado, 1 de julio de 2017

184 - EL SUEÑO DEL PIBE - (Roberto Chanel y Osvaldo Pugliese / Enrique Campos y Ricardo Tanturi / Diego Armando Maradona)

EL SUEÑO DEL PIBE es un tango cuya letra pertenece a Reinaldo Yiso en tanto que la música es de Juan Puey, que fue registrado el 20 de mayo de 1942. El chico que recibió la citación de un club de fútbol para hacer una prueba sueña con llegar a ser una de las estrellas de ese deporte.

El título juega con una expresión de uso coloquial que significa algo deseado intensamente.

Juan Puey ( Buenos Aires, Argentina 15 de septiembre de 1903 – ídem, 16 de marzo de 1995) cuyo nombre completo era Juan Antonio Pouey, fue un bandoneonista, director de orquesta y compositor; creador de muchos temas musicales, tiene registradas a su nombre en SADAIC 373 obras, entre las cuales se destaca la música del tango El sueño del pibe.

Reinaldo Yiso (Buenos Aires, Argentina, 6 de abril de 1915 – ídem, 16 de diciembre de 1978) fue un letrista de vasta producción dedicado al género del tango. Desde muy joven le gustaba escribir usando los elementos que extraía de su observación de la realidad, de la calle y de sus sueños juveniles. Jugó al fútbol en el club Oeste Argentino y en distintas divisiones del Club Atlético Vélez Sársfield, llegando a integrar el equipo de segunda división de esa entidad hasta que una fractura frustró su carrera deportiva. Fue un autor prolífico que tiene registradas a su nombre en SADAIC2 433 obras.

La letra menciona a varios famosos futbolistas de la época: Emilio Baldonedo del Club Atlético Huracán, Rinaldo Martino del Club San Lorenzo de Almagro integrante de El Terceto de Oro, Mario Boyé, puntero de Boca Juniors y Bernabé Ferreyra, apodado "El mortero de Rufino", del Club Atlético River Plate.

Fue grabado por la orquesta de OSVALDO PUGLIESE cantando ROBERTO CHANEL el 22 de marzo de 1945 para el sello discográfico Odeon; la orquesta de RICARDO TANTURI lo grabó con la voz de ENRIQUE CAMPOS el 14 de junio de 1945 para el sello RCA Victor.
En los años 80, lo cantó el astro argentino del fútbol, DIEGO ARMANDO MARADONA, sorprendiendo a todos por su estimable voz y por el cambio en la letra, en la que se incluye a sí mismo como goleador. He aquí estas grabaciones.



Roberto Chanel y Osvaldo Pugliese




Ricardo Tanturi y Enrique Campos




Diego Armando Maradona





jueves, 22 de junio de 2017

180 - NEGRACHA - (Osvaldo Pugliese / Astor Piazzola)

NEGRACHA fue el primero de los tangos de ese tríptico que armó Osvaldo Pugliese, con su genio creador y de alguna manera, incluso rompedor, porque se salían de la horma general tanguera desarrollada hasta ese momento. La yumba y Malandraca serían los otros dos integrantes de esa línea media que consagrarían su estilo, ése que ya había esbozado en Recuerdo (1924), Adiós Bardi o Las marionetas. Temas de calado profundo y germinador, magistralmente interpretados por su orquesta.

Beba, la hija de Don Osvaldo, recordaba cuando ensayaba la orquesta en su casa, y vivió aquella creación de Negracha, en sus distintas fases de composición. Ese inicio prometedor de cinco compases que prometía mucho, luego el picado de los bandoneones, las acentuaciones y la polirritmia de la orquesta que levantaba fuego en la casa. Contaba que había confusión entre los músicos al principio. No entendían bien cómo interpretarlo, discutían y algunos decían que no iba a funcionar, que no era bailable, pero Pugliese estaba muy seguro de su obra y los instaba a seguir.

Cuando lograron entender el espíritu de Negracha, se entusiasmaron, lo entraron a disfrutar, se encendían en el ensayo y lo estaban disfrutando a pleno, por lo cual el crescendo era luminoso, catárquico. Y así terminaría resultado todo un exitazo entre la masa tanguera, los críticos y los seguidores de la orquesta. Mario Soto, que era entonces el presentador de la orquesta, le había escrito una glosa de presentación que rezaba así:

En un arranque sincero
hice pa' vos este tango
que te ha de entrar hasta el mango
con sus compases cabreros.
Lo hice porque yo quiero
que él te muestre la hilacha
de esta pasión que me escracha
en medio del corazón
y manyes el metejón
que tengo por vos, ¡Negracha!

Años después Pugliese explicaría: "Uno compone un motivo, lo deja, después, a la larga lo agarra otra vez y le da una vuelta, a la larga así lo va hilando, haciéndole la masa"... El tango iba a romper con las fórmulas habituales, tradicionales del tango instrumental, porque se basaba en un dibujo breve de dos compases y a continuación se desbordaba en intercalaciones melódicas y abundantes pasajes contrapunteados, sumergidos todos sus músicos en una felicísima reiteración rítmica que era tan admirable para los bailarines como para los oyentes y el gran número de seguidores que tenía la orquesta de Osvaldo Pugliese.

El gran musicólogo Luis Adolfo Sierra escribía sobre la Orquesta de Pugliese y en una fase se expresaba así.

De definida filiación decareana, aportó Osvaldo Pugliese una forma de ejecución que concilia la perfecta adaptabilidad para la danza, con una concepción armónica de compleja estructura y avanzada realización técnica. Logró con audaces y novedosas proposiciones la definición de su orquesta, cuya fuerza de acentuación rítmica reposa sobre una singular superposición de planos sonoros, tejiendo un sutil engranaje polirrítmico, dentro del cual las diferentes secciones instrumentales marcan conforme a distintas divisiones de tiempo, en medio de una inagotable riqueza de recursos y efectos, a veces de casi imperceptible realización.

Y de esa conjunción aparentemente anárquica de ritmos encontrados, surgen los diferentes temas traducidos con admirable expresividad en la original manera de "decir" de los solistas del conjunto, entre los que corresponde destacar el predominio del propio director en la función conductora del piano, y del primer bandoneón Osvaldo Ruggiero con su forma distinta de frasear.

Y digo yo, que toda esta afirmación técnica del maestro Sierra, puede apreciarse y saborearse en la grabación de por parte de OSVALDO PUGLIESE y su orquesta "Tango", de Negracha, realizada el 24 de junio de 1948 y que fue todo un aldabonazo entre la familia tanguera de la época.

José María Otero en "Tangos al bardo".


Más adelante y con otros arreglos también la grabó ASTOR PIAZZOLA consiguiendo una versión realmente magnífica.



Osvaldo Pugliese y su Orquesta Tango




Astor Piazzola