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lunes, 26 de noviembre de 2018

261 - RECUERDO - (Osvaldo Pugliese / Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel / Julio de Caro / Rosita Montemar)

RECUERDO es un tango cuya letra pertenece a Eduardo Moreno en tanto que la música es de Osvaldo Pugliese. Fue publicado en 1924 y lo estrenó el cuarteto del bandoneonista Juan Fava, en el café Mitre de Villa Crespo. La primera grabación es del 9 de diciembre de 1926 por la orquesta de Julio De Caro, solo instrumental, y del año siguiente es la primera grabación cantada, en la voz de Rosita Montemar acompañada por músicos del sello RCA Victor.

Si en 1914 Alma de bohemio de Roberto Firpo marcó un hito en el desarrollo del género y por la originalidad de su estructura melódica y por la compleja densidad de su música preanuncia la aparición del tango más elaborado, del tango moderno, puede decirse que una década después Recuerdo es otro punto de inflexión en el desarrollo de la creación tanguera. Para muchos, el mejor tango que hubo, no sólo por sus atractivos estéticos si no también, porque abrió nuevas perspectivas en la composición.

Desde siempre su autoría ha suscitado una gran polémica. En 1924 el tango se editó mencionando solamente que la música es de Adolfo Pugliese. Recién meses después se editó con la letra de Eduardo Moreno. Algunas opiniones respaldan la autoría de Osvaldo Pugliese y dan explicaciones sobre la firma del tango por su padre. Así Luis Adolfo Sierra dice que fue una precaución del editor y del padre de Osvaldo Pugliese, dado la minoría de edad de éste —19 años— en una época en que no estaba todavía legislada específicamente la protección de los derechos intelectuales. (La historia del tango, volumen 14, editorial Corregidor) Coincide el coleccionista Osvaldo Firpo, quien agrega que tiempo después padre e hijo registraron definitivamente el tango en la Sociedad de Aurores a nombre de su creador. También coinciden Roberto Selles, Oscar del Priore e Irene Amuchástegui, que creen que hubo un factor económico: Pugliese se lo cedió al padre que estaba en apuros de esa índole. (Cien tangos fundamentales, de Oscar del Priore e Irene Amuchástegui, editorial Aguilar.) Horacio Ferrer dice que por su estructura, calidad y estilo la obra es de Pugliese y es irrelevante el motivo por el cual lo registró el padre.

Otros opinan diferente. El coleccionista Bruno Cespi rechaza el argumento de la minoridad de Pugliese porque tres partituras anteriores, Primera categoría, Carlitos y El frenopático (1922-1923), fueron editadas a nombre de Osvaldo Pugliese. Concuerda con él Héctor Lucci, quien agrega que también en los discos de las grabaciones de Recuerdo por Julio De Caro (1926), Rosita Montemar (1927), orquesta Bianco-Bachicha (1928), Orquesta Típica Victor, con la voz de Roberto Díaz (1928) y Ricardo Tanturi (1942) figura “A Pugliese” como autor.

Retrato de Rosa Montemar. Rosa Montemar, primera cancionista que grabó el tango Recuerdos.
Otros opinan diferente. El coleccionista Bruno Cespi rechaza el argumento de la minoridad de Pugliese porque tres partituras anteriores, Primera categoría, Carlitos y El frenopático (1922-1923), fueron editadas a nombre de Osvaldo Pugliese. Concuerda con él Héctor Lucci, quien agrega que también en los discos de las grabaciones de Recuerdo por Julio De Caro (1926), Rosita Montemar (1927), orquesta Bianco-Bachicha (1928), Orquesta Típica Victor, con la voz de Roberto Díaz (1928) y Ricardo Tanturi (1942) figura “A Pugliese” como autor.

Néstor Pinsón, dice que el tango es del hermano, Vicente Salvador Pugliese, violinista a quien llamaban Fito quien tenía mala relación con su padre y un día se fue al sur del país abandonando el pentagrama de su obra. Atribuye la versión a un gran bandoneonista y director cuya identidad preserva, y que coincide con la que da el autor de la letra, Eduardo Moreno.

Monumento y Plazoleta a Osvaldo Pugliese, en Villa Crespo, a pocos metros del lugar donde naciera.
Según la misma fuente no individualizada, la famosa variación final, la que le da ese toque magistral a la obra tampoco sería de Osvaldo sino que se trataría de un agregado en ocasión de incorporarse la letra de autoría del bandoneonista Enrique Pollet, El Francés (1901-1973), en colaboración con Eduardo Moreno.

En la partitura del tango Ausencia de 1931, figura como compositor Osvaldo Pugliese pero con el agregado de A. Pugliese.

El maestro Pugliese explicó en reportajes cómo fue concibiendo la melodía en los viajes del tranvía y que el título que inicialmente fue “Recuerdo para mis amigos” lo acorta al editarlo y le agregó el subtítulo “A mis amigos”, en homenaje a la barra del café La Cueva del Chancho o De la chancha, como le decían los muchachos. También confirmó que se lo dio a su padre para ayudarlo.

José María Otero en su blog "Tangos al bardo" nos cuenta que "Pugliese, a sus 19 años, compuso el tango que para muchos es el mejor de la historia: Recuerdo. Debió registrarlo a nombre de su padre, por ser menor de edad. Evidentemente, es muy difícil establecer comparaciones en ese sentido, pero las calidades de Recuerdo, son muy evidentes e incluso avanzadas para la época. La versión de Horacio Salgán con su orquesta vigorizó a esta excepcional pieza, que Pugliese terminó años después, agregándole las variaciones del final. Don Osvaldo invitaría al poeta, escritor, periodista, Eduardo Moreno, a escuchar el tema en su casa con la posibilidades de agregarle versos al mismo. Moreno era amigo de su hermano Vicente, violinista, conocido familiarmente como Fito. Incluso del otro hermano, el también violinista Alberto, con quien compusiera el vals Rosas olvidadas".

Aquí, en primer lugar, les voy a dejar la versión instrumental de 1944, interpretada por la orquesta de OSVALDO PUGLIESE, para seguidamente dejarles seguidamente la grabada por el mismo músico en 1966, pero esta vez acompañado por el canto de JORGE MACIEL. Como no, dejarles la que fue la primera grabación de este tango por parte del Sexteto de JULIO DE CARO en 1926. Por último les dejo la ya mencionada versión de ROSITA MONTEMAR, de 1927.


Osvaldo Pugliese




Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel




Julio de Caro




Rosita Montemar


sábado, 20 de octubre de 2018

226 - EL PAÑUELITO - (Juan de Dios Filiberto y Patrocinio Díaz / Libertad Lamarque / Osvaldo Pugliese y Jorge Valdez)

“Sólo está muerto lo que está olvidado. Si a la memoria de Juan de Dios Filiberto (1885-1964) no le bastara, para perdurar, su transmisible herencia de melodías populares, su muerte ya pertenece, por razón de fecha, al culto tradicional de las conmemoraciones”, nos recuerda el ilimitado poeta y tangófilo Francisco García Jiménez a través de su didáctico ensayo titulado Así nacieron los tangos, Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 1980. Porque, en efecto, el inefable músico del ‘Riachuelo’ del barrio de La Boca, expiró un 11 de noviembre, onomástica de San Martín de Tours, aquel soldado que más tarde consagró su vida a la Iglesia. El mismo que mil doscientos años después habría de resultar “patrono de Buenos Aires” en sorteo llevado a término por Don Juan de Garay y sus huestes. Como curiosidad, conviene evocar que, tras dos veces electa y rechazada la cédula del santo francés, sale por tercera vez y es, al fin, aceptada. ¿Quién se atrevería a negar que el santo patrono sentó a su diestra –por derecho propio– al humilde artífice de la “canción porteña”, nuestro bienamado Juan de Dios?

Juan de Dios Filiberto, apenas iniciada su juventud, fue lustrabotas, mandadero, metalúrgico, estibador… Chiflando y tarareando motivos, hacia el final de la década de 1900, se decidió por la música, entre solfeos y violines y armonías de teclados. Una noche de 1914, con su violín, formó un trío con su bandoneonista y un pianista en un café de la esquina de Patricios y Olavarría. En 1915 compone su primer tango: Guaymallén. Y luego Cura segura.

Llegado 1916, Juan de Dios se siente seducido por el armonio y empieza a buscar aquellas hebras melódicas en el instrumento grave, solemne y sin énfasis. Su inspiración alcanzará esas suaves cadencias que concede al bandoneón del tango. Y por su querido barrio boquense y alrededor de ‘Vuelta de Rocha’, sale a regalar sus serenatas. Estamos en 1917. Su amigo Facio Hebequer escribe una letrilla con el título La planchadorcita. A Juan de Dios no le agrada ni letra ni título. Transcurridos tres años, se relaciona con el poeta Gabino Coria Peñaloza –nacido en 1889 y fallecido en 1975– y la pieza cristaliza, ay, en EL PAÑUELITO, con estrofas de perfumada melancolía amorosa;

“El pañuelito blanco
que te ofrecí, 
bordado con mi pelo
fue para ti;
lo has despreciado,
y en llanto empapado
lo tengo ante mí…”.

De aquella primeriza idea tan sólo permaneció el grado “diminutivo” en “ito” del sustantivo “pañuelo”. Después, sería una característica de la producción de Filiberto: El besito, El ramito, el célebre Caminito, La cartita, La tacuarita… Pues bien, en 1920 se publicó El pañuelito, de insólita popularidad, el cual cruzó fronteras y surcó los mares. Con los acordes de este tango hizo el féretro de Filiberto –el jueves 12 de noviembre de 1964– el primer trecho del adiós a la ‘Vuelta de Rocha’, desde su casa de la calle Magallanes hasta la “cortada” de la calle Caminito:

“Triste cantaba un ave,
mi dulce bien,
cuando me abandonaste
no sé por quién…”.

A modo de anécdota, cuenta Francisco García Jiménez en su libro que tanta era la popularidad de Filiberto que, una vez en el ‘Teatro Avenida’ aparcó su flamante ‘Studebaker’ delante del edificio en plena Avenida de Mayo. El fornido vigilante, al reconocerlo, se volvió a su garita: “¡Pero… era usté máistro…!”.

Isaac Otero

Les voy a dejar tres maravillosas versiones de este tango y en primer lugar, como no podría ser de otra manera, les ofrezco la de la orquesta de su propio autor, JUAN DE DIOS FILIBERTO y su orquesta, a la que pone voz PATROCINIO DÍAZ. Continuaremos por la versión que grabara en 1929, LIBERTAD LAMARQUE. Por último, creo que no puede faltal la versión de OSVALDO PUGLIESE a la que pone voz JORGE MACIEL, simplemente majestuosa.

Disfruten...


Juan de Dios Filiberto y Patrocinio Díaz 




Libertad Lamarque




Osvaldo Pugliese y Jorge Valdez



jueves, 4 de octubre de 2018

210 - CASCABELITO - (Ada Falcón y Francisco Canaro / Carlos di Sarli y Roberto Rufino / Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel)

Este tango de lunga fama e interminable suceso, nació allá por el año 1923, cuando el alemán-chileno-argentino José Bohr (Yopes Elzer Böhr), lo creó como regalo a un español que tenía un negocio millonario en Punta Arenas (sur de Chile). Lo tituló entonces Feria franca.

Una serie de casualidades influyeron en la deriva de este tango. Bohr fue un personaje multifacético que tanto podía ser director de cine (¡de aquel incipiente cine!), actor, pianista, cantor, compositor, artista múltiple, charlista, inventor de un instrumento musical, el serrucho, que fue asombroso en su momento. Por sobre todas las cosas, Bohr fue un aventurero que solicitó y obtuvo la ciudadanía argentina cuando se afincó en el país en 1921 y logró dos éxitos fenomenales: el camel-trot Tut-Ankh-Amón, que grabaría la orquesta de Francisco Canaro con un resultado espectacular en la venta de discos, y enseguida, CASCABELITO.

Francisco Lomuto, que se había empleado en la casa de música Castiglioni, como encargado de tocar al piano las piezas de moda, con el fin de atraer clientes para vender estos instrumentos, partituras, discos y demás, consiguió una plaza en el vapor Cap Polonio, que hacía viajes llevando turistas desde Brasil al sur de Argentina. Formó un sexteto para ello y le cedió su plaza a Bohr en la casa de música.

Allí este artista multifacético, además de tocar diversos temas que iban saliendo al mercado, ejecutaba diariamente estas dos composiciones suyas, que lograron gran repercusión de los oyentes que se paraban a escucharlo. Ya se había hecho un nombre con el éxito de Tut-Ankh-Amón, que Gardel también grabó en 1924 con el acompañamiento de las guitarras de Ricardo y Barbieri. La letra le pertenece a Cancio Millán.

La editorial Perroti sacá a la venta la partitura de Cascabelito, con su título inicial: Feria franca. El poeta y sainetero Juan Andrés Caruso, que visitaba seguido la Casa Castiglioni, ya que era amigo de los dueños, escuchó este tema y le propuso a Bohr, ponerle versos. Caruso había cosechado fama con sus creaciones y el autor de la música, ni lo dudó, le dió el sí rápidamente.

Entonces Caruso, pensando en los próximos carnavales decidió crearle una letra relacionada con los mismos, que entonces representaban una fiesta maravillosa y popular, lo tituló Cascabelito y los versos se remiten precisamente a las mascaritas con que se disfrazaba la muchachada. Fue lanzado en los carnavales de 1924, y el intrépido Bohr, con un armonio portátil que le cedió la empresa y montado en un mateo, fue tocando su pieza por cuantos desfiles y palcos se montaron en Buenos Aires.

Al día siguiente comenzaron a venderse partituras del mismo en cantidad importantes y Francisco Canaro, siempre visionario, lo llevaría al disco de inmediato en forma instrumental. Enterado Gardel del suceso, y luego del éxito de Tut-Ankh-Amon, lo llamó a la Casa Castiglioni y a continuación de la sanata inicial divertida que caracterizaba al Morocho, fue al grano.
-Pibe, me dijeron que sacaste un tangazo romántico que tiene que ver con el carnaval.
-Sí, Cascabelito - respondió Bohr.
-¿Porque no te venís con el pianito, nos lo pasás a mí y a los muchachos, lo grabamos, la semana que viene está en la calle y será un flor de gol...

Efectivamente, fueron palabras proféticas. El tango que también cantaría Azucena Maizani en el Teatro logró la súbita aprobación popular que se mantiene hasta nuestros días. Gardel le grabaría a Bohr los tangos Cascabelito, Mía y Por el camino. Los foxtrots ¡Oh París, Pero hay una melena y el citado Tutankamón. Y el shimmy Los reyes del aire.

Bohr, nació en Bohn, Alemania, pasó su infancia en Turquía, donde su padre fue veterinario de caballerizas privadas y del zoológico que tenía en su Palacio el último sultán. En un reportaje que le realizara Viviana Gorbato en 1987, añadía que depués vivió duros tiempos en los que permaneció con su familia en Chile y se crió en Puerto Porvenir, del sur chileno, "entre 80 personas decentes y 100 prostitutas". En ese momento confesaba tener 86 años. Falleció finalmente en Oslo, capital de Noruega. En Punta Arenas es considerado "ciudadano ilustre".

José María Otero en "Tangos al bardo".

Les dejo tres versiones de este tango. La primera es la de ADA FALCON acompañada por la orquesta de FRANCISCO CANARO y que fue grabada el 17 de junio de 1930. A continuación la de CARLOS DI SARLI con ROBERTO RUFINO, del 6 de junio de 1941, para terminar con la de OSVALDO PUGLIESE con JORGE MACIEL, grabada en 1955.


Ada Falcón y Francisco Canaro




Carlos Di Sarli y Roberto Rufino




Osvaldo Pugliese y Jorge Maciel

miércoles, 9 de agosto de 2017

196 - JAMÁS LO VAS A SABER - (Oscar Alonso / Jorge Maciel / Alfredo Belusi / Alba Solís)

JAMÁS LO VAS A SABER es un tango cuya letra pertenece a Abel Aznar en tanto que la música es de Manuel Sucher, que fue registrado en SADAIC el 10 de octubre de 1966.

”Los tangos de Abel Aznar son más conocidos que él. Son tangos recios, viriles, sobrios y muy bien escritos. No hay tanguero que no los haya silbado o cantado en voz baja. Celebran la amistad, la hombría, los amores perdidos y las pequeñas e inútiles revanchas. Son tangos para hombres cuya poética se detiene justo en la línea que los separa del machismo. Los cantores emblemáticos de sus letras son varones de pinta brava y voz de guapo…. y, sobre todo, el gran Alfredo Belusi que, para alguno de sus seguidores, es el genuino y auténtico varón del tango. Belusi fue el hombre que incorporó a Aznar a su repertorio y, según los entendidos el que mejor los interpretó. “Lo que vos te merecés”, es un clásico. Lo interpretaron grandes cantores, pero nadie lo hizo como él. (Manuel Adet)

Entre otros registros, fue grabado por OSCAR ALONSO en la discográfica Odeon con acompañamiento de guitarras el 27 de diciembre de 1966; por JORGE MACIEL con la orquesta de Osvaldo Pugliese para Phillpis en octubre de 1966, por el ya mencionado ALFREDO BELUSI con la orquesta de José Basso para Music Hall y por ALBA SOLÍS con la orquesta del maestro Osvaldo Tarantino. Escuchemos estas cuatro versiones.


Oscar Alonso




Jorge Maciel y Osvaldo Pugliese




Alfredo Belusi y José Basso 




Alba Solís y Osvaldo Tarantino