* Vuestro comentarios enriquecen y aportan interés a este blog.
* Para ver los vídeos hay que dejar que carguen.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

291 - EL HUÉRFANO - (Enrique Rodríguez y Armando Moreno / Alfredo de Angelis y Carlos Dante / Carlos Gardel)

La amistad de Anselmo Aieta y Francisco García Giménez nace en 1921. El encuentro se produjo en una "milonga para hombres" que se realizaba los jueves por la noche en el Orfeón Español, en Piedras 534. Allí concurrían oficinistas y obreros de la naciente industria urbana para aprender a bailar el tango y poder así lucirse en la pista frente a la compañera. En esas veladas Aieta mostraba ya su maestría con el bandoneón, y de la amistosa relación que tejió con Paco fue surgiendo la idea de componer juntos.

Aieta estaba convencido de que algunas obras valiosas no perduraban porque carecían de la trama cantable que las fijara en la memoria del público. Entonces le pidió al poeta "algunos versos" para ponerle música.

Para García Jiménez, la condición para colaborar se basaba en su criterio de que las letras deben ser dictadas por las sugestiones de la melodía, íntimamente ceñidas por esa respiración particular que les da el ritmo tanguero. Más tarde definiría así la pauta estilística y a la vez ética que guió toda su producción: "Yo nunca anduve con un tanguito en el bolsillo, buscando quien hiciera la música". Acordó que esperaría a que Aieta le propusiera alguna obra para enhebrarle sus versos. La oportunidad se daría en 1921 con EL HUÉRFANO.

En ese año Aieta pasó a actuar en el viejo Luna Park, junto a los guitarristas Rafel Iriarte y Virgilio Carmona. Por otro lado, en el Casino Pigall de la calle Maipú actuaba otro amigo de García Jiménez, el violinista Rafael Tuegols, que dirigía una orquesta montada por Francisco Canaro. El pianista era Humberto Canaro, pero se necesitaba encontrar un bandoneón de jerarquía. Tuegols pensó en Aieta, aunque las cosas no estaban bien con él, pues le reprochaba el haber tomado una parte de su tango Zorro gris (con letra de Paco) para componer Pobre Cotorro. La mediación de García Jiménez, amigo de ambos, limó asperezas y así Aieta ingresó a la orquesta Canaro en el Casino Pigall, donde nació El huérfano.

Sobre el nacimiento de este tango dijo García Jiménez: "Se trataba de un motivo inspirado en un valseado que el payador Martín Castro y otros guitarreros y cantores difundían en los boliches de San Telmo. ¡Había que ver lo que era ese barrio entonces! Una fuente inagotable de canciones en la voz de los trovadores. De aquel valseado tomó Anselmo el tema original, le dio forma y llegó hasta mi casa para hacérmelo escuchar y pedirme que le hiciera versos. Aieta había recreado con talento aquella antigua y pegadiza melodía, y le agregó una primera parte un poco solemne, tal vez a tono con el leit motiv primitivo que cantaban los payadores:

"En una noche de esas,
lluviosa, oscura y fría".


Yo preferí darle con mi letra un giro algo más romántico:

Mi pobre traje humilde
de nuevo está enlutado
y el huérfano doliente
que ayer has encontrado
hoy sigue siendo el huérfano
de tu encantado amor.


Según el poeta, "Aieta poseía un talento insuperable para captar las esencias más profundas de esas creaciones, un tanto silvestres, que abundaban en los repertorios de cantores de boliche. Sabía percibir los mejores acentos de esas musiquitas humildes y a veces como condenadas a disiparse en su misterioso olvido, de donde también rebrotaban misteriosamente de tiempo en tiempo. Pero, además de esas condiciones musicales, Anselmo tuvo otra extraordinaria habilidad para utilizar ciertos apoyos que hoy se llamarían promocionales y fueron revolucionarios para aquella época.

Recuerdo que llegó a mi casa a pedirme la letra de "El huérfano", con este inusual agregado: quería que le hiciera varias copias a máquina. Según me explicó, esas copias las distribuiría entre las chicas del cabaret, para que ellas con el papelito a la vista pudieran cantar al oído de sus ocasionales compañeros de baile". El hombre que salía de ese cabaret, después de rematar una noche de garufa o de distraer su preocupación, seguramente podía repetir muchos de los versos susurrados sobre su hombro. Después, esos versos se alojarían en su memoria para siempre unidos a aquel momento pasado."

por JOSÉ VICENTE BOESMI

Les voy a dejar, en primer lugar, la versión registrada por la orquesta de ENRIQUE RODRIGUEZ y su cantor ARMANDO MORENO en 1942. A continuación la versión que grabaran en 1955 ALFREDO DE ANGELIS con CARLOS DANTE para terminar con la versión, no podía faltar, de CARLOS GARDEL, que grabara allá por 1923.


Enrique Rodríguez y Armando Moreno




Alfredo De Angelis y Carlos Dante




Carlos Gardel


No hay comentarios:

Publicar un comentario