Claro, llama la atención que Pugliese nunca lo hubiera grabado con su orquesta, atendiendo a a los valores musicales que contiene, pero en este sentido vale la pena recordar lo que decían Ruggiero, Binelli, Roberto Álvarez y tantos otros que pasaron por su orquesta:
Uno de los grandes méritos del maestro fue incitar a sus músicos para que compusieran y estos temas pasaran a engrosar el repertorio del conjunto. Muchos temas de Osvaldo Pugliese permanecieron anónimos pese a los valores que aquilataban, dándole prioridad, el propio Pugliese, a los que componían sus músicos. En ese sentido, también fue un director ejemplar.
En este caso del valsecito del título que escribiera Moreno sobre la música previa de Osvaldo Pugliese, y que lleva como subtítulo: "Un pensamiento", vuelve a expresarse en versos largos, pródigos en expresiones candorosas y poéticamente amorosas, con algo de rebuscamiento, que seguramente aminora los efectos de la melodía sobre el oyente. En la primera parte ya muestra toda su artillería romántica.
Envuelta con la cálida caricia de una flor,
dormida entre la música que entona un ruiseñor,
pone junto a las cálidas canciones mías
su dulce melodía, tu amor.
Vuelvo con el melódico poema arrullador
que encierra la nostálgica pasión de un soñador,
templado en el genial crisol
de tu hermosura
donde por tí fulgura,
mi sol...
José María Otero en "Tangos al bardo"
Teófilo Ibáñez y Orquesta Típica Victor
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