Pertenece a dos lugareños: el músico Humberto "Monito" Paterson y el poeta Julio Díaz Villalba.
Tiempo después, cerca de los años 40, una tarde, la barra de amigos de Pajarito Velarde, reunidos en su casa de Puyrredón 106 y rodeando un primitivo receptor de bocina que sintonizaba "Radio Prieto" de Buenos Aires, escucharon decir al locutor:
- "Y a continuación escucharemos al conjunto del Maestro ANTONIO BONAVENA, en la interpretación del tango de Paterson y Díaz Villalba, "PUYRREDON 106".
El tango cuenta una de tantas historias de amor, por las cuales, Guillermo "Pajarito" Velarde Mors, nunca se casó. Sus amigos dicen que la mujer de esta historia cambió de parecer y traicionó el amor eterno que había jurado, dejándole para casarse con otro hombre que tenía más dinero.
El pasado 2 de agosto, se cumplió el 42º aniversario de la muerte de un cerrillano famoso, don Guillermo “Pajarito” Velarde Mors. Nació en 1895, en la casona de la “Chacrilla de los Velarde”, inmueble que aún se conserva en el pueblo de Cerrillos. “Pajarito”, cuyo apodo portó desde su niñez, fue el segundo de los siete hijos que tuvo don Juan Emeterio Velarde y doña Matilde Mors. Hizo sus estudios primarios en la escuela “Dr. Benjamín Zorrilla”, y los secundarios en el Colegio Nacional donde se graduó de Bachiller.
En 1914 viajó a Buenos Aires para estudiar abogacía y a vivir con una tía materna, doña María Mors de Ibáñez. Casi ocho años permaneció en la gran ciudad, sin graduarse en la universidad, hasta que en 1922 debió regresar a Salta por la muerte de su padre. Eso sí, vino trajinando un diploma donde decía que Guillermo Velarde Mors era “Campeón de Baile de Tango”, distinción que seguramente obtuvo en alguna tanguería de los famosos años "20. A poco, don Guillermo comenzó a ser reconocido por sus amigos solo como “Pajarito”.
Fue entonces cuando en Pueyrredón 106 comenzó a construir “su rincón lírico, antiguo remanso de bohemia, de trasnoche y vuelo alzado, prestando calor a toda inquietud sensible y dinamizando espiritualidad, acaso un poco nostalgioso por la ausencia irremplazable de su inolvidable padre”, según el vate Julio Díaz Villalba. En 1926, el músico Humberto Paterson le dedicó un tango (Pueyrredón 106) que compuso con Díaz Villalba. Su estribillo reza: “Oí que en la estación/ decías al chofer,/ agarre Pueyrredón/ y pare al 106...”. Esto significa que “Pajarito” habitaba aquella casa antes de 1930, propiedad que finalmente adquirió en 1940. Pero como de la bohemia no se podía vivir, “Pajarito” comenzó a trabajar. Fue profesor de tango en 1922, periodista de “El Intransigente” en 1930. Más tarde, fundó y dirigió dos periódicos: “Salta” y “Tradición y cultura”, ambos de calidad pero de efímera vida. Finalmente en 1932 llegó su estabilidad laboral al ingresar al Banco de la Provincia, entidad donde se jubiló en 1957 cuando ocupaba un alto cargo.
Su inquietud por las distintas manifestaciones del arte lo llevó a crear y presidir en 1930, la “Sociedad de los Amigos del Arte”, entidad que hasta 1952 cumplió una función similar a la actual Casa de la Cultura. Esa entidad posibilitó la actuación en Salta de grandes artistas de la música, del baile y el canto, tanto del país como del extranjero. Así, en 1949 logró que “Los Niños Cantores de Viena” actuaran en el Teatro Victoria. Otro aporte de la Sociedad, fue ayudar y patrocinar la publicación de innumerables temas musicales y de libros de autores salteños.
Y mientras su casa se hacía famosa aquí y en el extranjero, “Pajarito” no dejaba de recibir la visita de celebridades, especialmente del mundo del arte. Entre diciembre de 1941 y febrero del "42, recibió a Angel Magaña, Enrique Muiño, Sebastián Chiola, Francisco Petrone, Amelia Bence, que estaban en Salta filmando “La Guerra Gaucha”, rodada en la Quebrada de Escoipe. En esos meses, el director Lucas Demare, los actores y técnicos, hicieron de “Pueyrredón 106”, su “cuartel general”. Con el tiempo, la casa se hizo famosa y alguien señaló con acierto: “Es el consulado de todas las provincias y países en el corazón de Salta”.
Finalmente, el 2 de agosto de 1965, la vida de “Pajarito” se apagó en su propia casa, en Pueyrredón 106.
A casi nueve meses del fallecimiento de “Pajarito” Velarde, Pueyrredón 106 se transformó en Museo Folclórico. El poeta Julio Díaz Villalba cuenta la historia: “Cuando ya se preveía el triste fin de la casa, surgió la encomiable visión de Roberto Romero. Fue él quien me pidió conversara con los familiares del amigo fallecido, sobre los propósitos de Horizonte SA (adquirir el inmueble). Prestaron desinteresada colaboración y asesoramiento el doctor Alberto Austerlitz, Angel Romano, Armando Soler y César Perdiguero.... Y fue a base de sus sugerencias que se materializó el acto...”.
El Museo fue inaugurado en el transcurso del 1º Festival Latinoamericano del Folclore, el 21 de abril de 1966. En el acto, Roberto Romero dijo: “El Tribuno abre hoy las puertas de esta casa, que siempre estuvieron abiertas en el corazón de la salteñidad. Será la casa de todos, la catedral del folclore de Latinoamérica, que hoy se abraza en la emoción y rinde homenaje, en Guillermo Velarde Mors, a quienes fueron artífices de este destino maravilloso del canto, la danza y la guitarra, que se irradia a toda América como un mensaje de amor”.
Eran asiduos concurrentes a las tertulias de “Pajarito”, Eduardo Falú, el “Cuchi” Leguizamón, José Juan Botelli, César Perdiguero, José Ríos, Julio Espinoza, Julio Díaz Villalba, Don Juan Carlos Dávalos y sus hijos: Jaime, Ramiro y Arturo, Miguel Angel Pérez, Raúl Aráoz Anzoátegui, Jorge Calvetti, Héctor Paride de Bernabó, Raúl Brié, Luis Pretti, el “Ucururo” Villegas, “Pajita” García Bes, y ... todos los que alguna vez vivieron o visitaron Salta.
Estando en La Paz, Bolivia, el poeta Manuel Castilla le envió una carta a “Pajarito” y en el sobre decía:
“En Salta de la Argentina,
cartero como sabéis,
vive un Pájaro que trina
en Pueyrredón 106;
si el Pájaro no estuviera
dejá esta carta de amor,
a un muchacho calavera;
Guillermo Velarde Mors”.
Antonio Bonavena
hERMOSO RELATO EVOCATIVO Y -ADEMÁS- DOCUMENTO HISTÓRICO! gRACIAS!
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