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sábado, 6 de mayo de 2017

132 - RUBIAS DE NEW YORK - (Carlos Gardel / Horacio Deval / Juan Carlos Baglieto)

La película "El Tango en Broadway", se estableció para ser rodada a partir de junio de 1934. La dirigiría el francés Louis Gasnier y contaba con argumento y guión del genial Alfredo Le Pera. La cinta, una comedia musical de enredos típicos, narraba la historia de Alberto Bazán, un díscolo cantante que vive a cuerpo de rey, pero cuando llega a visitarlo su tío y mecenas, se hace pasar por hombre de negocios, generando una serie de confusiones cantadas.

Cuenta Terig Tucci, orquestador de toda la música que hizo Gardel en Nueva York, que las canciones tradicionales de la película ya estaban listas y trabajaban en ellas, cuando “apareció Le Pera con una idea para la canción norteamericana, las primeras líneas del fox-trot RUBIAS DE NEW YORK, que dicen: “Peggy, Betty, Julie, Mary, rubias de New York…”. Armado con esas dos líneas, Carlos Gardel no tuvo dificultad en improvisar una melodía de carácter ligero y alegre, con ritmo de fox-trot movido”.

Gardel llevaba ya tiempo obsesionado con hacer algo tipo Broadway y asistió por ello a varios musicales y algunas películas que lo inspiraran. Simon Collier, investigador británico, dice que Gardel se inspiró para Rubias en New York en Smoke Gets In Your Eyes, una canción de Jerome Kern & Otto Harbach, escrita en 1933 para el musical Roberta. Pero la verdad es que no parece haber parecido notorio y Collier pudo haber tomado la regencia del libro Gardel en Nueva York, de Terig Tucci, donde el autor cuenta que el cantante fue a ver la obra y lo impactó.

Gardel creó la música, pero no escribió la partitura. Eso lo hizo Alberto Castellano, su mano derecha para estas lides, y quien fue a la postre el director musical de El Tango en Broadway. Y el que le dio ese aire tipo Broadway fue Tucci, auténtico maestro de la música en todos sus géneros.

Rubias de New York es la primera canción que se interpreta en el filme. El protagonista es despertado por su mayordomo y este se levanta a regañadientes diciendo “¿Quién habrá inventado el reloj, caramba?”. Luego, en medio de su resaca, abre la ventana de su habitación y llama a cuatro de las cinco muchachas que lo acompañan: a las cuatro rubias, pues también había una morena en el cuarto (se dice que esta era una novia de Gardel llamada Perlita Greco). Gardel canta la canción en la ventana y vuelve a cantar más tarde un trozo del tema mientras conduce un descapotable.

Claro, la intención de la escena es retratar el estilo mujeriego del protagonista, aunque según Enrique Romero, lo que hace es cantarle a la prostitución. Eso lo justifica el autor Jorge Ruffinelli en su libro La Sonrisa de Gardel: “Toda la escena huele ligeramente a noche de soltero y a negocio de prostíbulo, pero no se le permite al espectador siquiera sospecharlo”.

Lo cierto del cuento es que se necesitaban cuatro rubias para hacer de Mary, Peggy, Betty y Julie, y que fue Alberto Castellano el encargado de irlas a buscar en el término de la distancia. Como no se llevaba bien con Gasnier, suponemos que más se trató de una orden de Gardel.

Recordemos que en aquellos estudios de Queens se rodaba el 50% de la producción anual de la Paramount y que sus alrededores estaban rodeados de restaurantes, hoteles y bares llenos de figurantes, dobles, músicos y acróbatas que buscaban una oportunidad en los musicales que se filmaban habitualmente. Y aunque la línea de metro se acababa de ampliar hasta el sector, era fácil encontrar cerca de personas dispuestas a actuar. Y en cuanto a los bares, también recordemos que la Ley Seca acababa de ser derogada.

Se dice que Castellano les dio un dólar y una botella de whisky a cada una por el trabajito, que no sólo sería en aquella escena, sino en otra en la agencia de artistas del protagonista. Y aquí viene lo curioso: Según el investigador gardeliano Carlos Moreno, quien cita como fuente a una entrevista hecha a Castellano en la revista del Club del Tango, este confesó que de las cuatro rubias, sólo tres eran mujeres. Julie, la cuarta, la de la derecha en la famosa foto, era en realidad un chico disfrazado. No hay certeza de ello y posiblemente nunca la habrá, pero los rumores apuntan a que se trataba de un emigrante paraguayo de apellido Landow… ¡Vaya usted a saber!

El Tango en Broadway se estrenó el 28 de diciembre de 1934 en Nueva York y la fama de Gardel siguió cuesta arriba. Rubias de New York se usó como leid motiv del filme y la música suena durante los créditos. Por supuesto, se hizo muy popular entre la comunidad latina de la ciudad, mucho más que en otros países. Y existen dos razones para ello: una, que el latino de Nueva York vio con buenos ojos que su ídolo cantara en ritmo anglosajón; mientras que el latino de las ciudades latinas estaba demasiado acostumbrado al Gardel tanguero y le costó entenderlo aquí.

Y Rubias de New York siguió ese sendero en todas las versiones posteriores, incluso en la Willie Rosario, incluso en otra salsera como la de Jerry Rivera, quien la haría en 2007 en su álbum Caribe Gardel y en tiempo de cha cha chá.

Les dejo tres vídeos de este fox-trot. La primera, cómo no, la de CARLOS GARDEL, en la antes citada película "El Tango en Broadway", en su versión coloreada. La segunda de HORACIO DEVAL en Canal 9 y la tercera de JUAN CARLOS BAGLIETTO, perteneciente a su interpretación en un teatro y que fue transmitida en "El sonajero", programa de televisión del Canal 11 en 1989.



Carlos Gardel




Horacio Deval




Juan Carlos Baglietto


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