NO TE APURES CARABLANCA, es el supuesto diálogo del carrero con su caballo cadenero, descargando en él sus cuitas amorosas. Reverbera aquella época en que los carros transportaban las mercancías y Buenos Aires estaba poblado de ellos. Yo alcancé de pequeño a divisar el final de los corralones porque a la vuelta de casa había una herrería, y el paisaje, aunque lejano, me es familiar. Recuerdo vagamente las tardecitas cuando volvían de recalada. Y el matungo lo hacía de memoria.
No te apures, Carablanca...
Que no tengo quién me espere...
Nadie extraña mi retardo,
para mí siempre es temprano
para llegar.
No te apures, Carablanca...
Que al llegar me quedo solo...
Y la noche va cayendo,
y en sus sombras los recuerdos
lastiman más.
En el año 1942, Ignacio Corsini, ya palpitaba su retiro artístico y sólo grabó dos temas. Fue el 8 de octubre de ese año. De un lado esta el valsecito de Homero Expósito, Francini y Stamponi: Pedacito de cielo y en el reverso de aquellos discos de 78rpm, este tema. Y lo hizo acompañado en ambos por la orquesta dirigida por Roberto Garza (José García López). Fue un exitazo, precisamente, el último.
Me achica el corazón
salir del corralón,
porque me sé perdido.
Me tienta la ilusión
que ofrece el bodegón,
en su copa de olvido.
Caña en la pena...
llama que me abrasa
mal que no remedia,
pena que se agranda.
Siempre lo mismo...
voy para olvidarla
y entre caña y caña
la recuerdo más.
Carlos Bahr nacido y criado en la Boca, conoció el tiempo de los carreros y los caballos trotando en el adoquín de las calles. A Cadícamo le inspiraron algunos tangos y Vaccarezza en El carrerito, también desmenuza aquella época porteña. Además de Corsini, también lo cantó Hugo Del Carril y Aníbal Troilo con la voz de Fiorentino dejó una hermosa grabación el 18 de septiembre de 1942.
Roberto Garza, un músico desdibujado en las biografías e historias de tango, dirigió el acompañamiento de Mercedes Simone, fue el primer bandoneón y arreglador en la mejor época de la orquesta de Enrique Rodríguez y tuvo su propio conjunto. Acompañó a Armando Moreno, cuando se fueron de la orquesta de Rodríguez, actuó en Colombia y tiene una obra valiosa como compositor.
No te apures, Carablanca
que aquí arriba del pescante,
mientras ando traqueteando
voy soñando como cuando
la conocí.
No te apures, Carablanca...
que no tengo quien me espere
como entonces, cuando iba
compadreando la alegría
de ser feliz.
Cuando Lucio Demare formó su impecable orquesta en 1938, estuvo probando al cantor que quería y luego de descartar a algunos, se quedó con el desconocido Juan Carlos Miranda (Rafael Miguel Sciorra), un muchacho de Chivilcoy que había cantado en su ciudad y que había tomado algunas clases en la Academia de los Rubistein. Demare lo calificó entonces de chansonnier, de acuerdo a su experiencia en la época que vivió en Francia.
Pero Miranda se adaptó muy bien a la orquesta y con Demare alcanzó un registro maravilloso de este tango. Al principio, Lucio, que los conoció en el Abasto, con el piano parece imitar el andar del percherón. Lo grabaron el 9 de octubre de 1942 y es un tema imperdible que esta noche pasaré en la milonga una vez más.
Mi agradecimiento a José María Otero y a su blog "Tangos al bardo".
Les dejo en primer lugar, la versión en audio de IGNACIO CORSINI, como antes se indicaba, acompañado por la orquesta dirigida por Roberto Garza. En segundo lugar la versión de 1942 de la orquesta de LUCIO DEMARÉ, con la participación en la voz del cantor JUAN CARLOS MIRANDA. Por último no podía obviar la versión que a mi más me gusta: la del Varón del tango, JULIO SOSA.
Ignacio Corsini
Lucio Demaré y Juan Carlos Miranda
Julio Sosa
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