Agonía cruel... Luego soledad...
Y después tu olvido. ¡Nada más!
En la segunda estrofa, ella está al lado, por lo que desaparece el olvido de la enumeración, dando paso al llanto:
Agonía cruel... Luego soledad...
Este llanto tuyo y nada más...
Esto implica una sensación tremebunda de pesar, ya que el "nada más" es una expresión ambiguamente doliente: por un lado, significa que ella no hizo nada más que llorar y, por otro lado, señala la muerte inevitable. Incluso podemos añadir que queda reflejado en la puntuación: las exclamaciones de la primera señalan sorpresa pero aceptación de ésta, los puntos suspensivos indican el alejamiento lento de la vida.
En el estribillo lo único reseñable es el uso de las comparaciones, que son acertadas, aunque poco originales:
Y me he quedado
como un pájaro sin nido, como un niño abandonado,
con mis penas que se agarran como garras
y desgarran a mi corazón.
Anibal Troilo y Alberto Marino
Libertad Lamarque
Roberto Goyeneche
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